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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Y cuando una semana después, recibió Ferpierre con la confirmación de estos rumores el expediente formado por el magistrado escocés, vio que una vez más se había equivocado en sus previsiones. Sor Ana no había podido contestar a la Condesa ni iluminar a la justicia porque al leer la carta de su antigua alumna predilecta había caído como muerta.
Voy sospechando, mon garçon, que los obispos saben más que los abades, ó por lo menos dejan muy atrás á tu abad de Belmonte, porque yo mismo he visto con estos ojos al obispo de Lincoln agarrar con ambas manos un hacha de dos filos y atizarle á un soldado escocés tamaño hachazo que le partió la cabeza en dos, desde la coronilla hasta la barba.
Pero era fiero y arrogante, de carácter descompuesto y defectuoso, y rebelde contra las leyes de la vida. Murió antes de haber comenzado a vivir. Robert Burns, el poeta escocés, escribía ya a los dieciséis años sus encantadoras canciones montañesas. El irlandés Moore componía a los trece, versos buenos a su Celia famosa. Y a los catorce había empezado a traducir del griego a Anacreonte.
También tratamos de tener al menos a un estudiante- redactor verdaderamente multilingüe, de modo que los lectores puedan corresponder con nosotros en otros idiomas que el inglés." Caoimhín, que imparte sus clases en gaélico escocés, escribe en mayo de 2001: "Respecto al porvenir de los idiomas en peligro, el internet tiende a acelerar las cosas en ambas direcciones.
Toda la ginebra descendida á su estómago pareció alborotarse con la sospecha de que el gringo no creía en su valor y tenía por mentiras las hazañas que llevaba realizadas. De su español aprendido en Buenos Aires, prefería el escocés una palabra que siempre había irritado á Morales. Cuando le contaban cosas inverosímiles, levantaba los hombros, diciendo con desprecio: ¡Macanas!... ¡Todo macanas!
Además llevaba gastados muchos miles de francos en planos del futuro palacio. Pintores, arquitectos y jardineros-paisajistas trabajaban incesantemente para ella, exprimiendo su imaginación y haciendo estudios en el pasado. Quería plantar ante el Mediterráneo un enorme castillo escocés, lo más escocés que pudiera idearse: «una novela de Wálter Scott hecha de piedra», resumía la princesa.
Sólo algunas damas de la antigua corte, cuando olvidaban sus preocupaciones de madres, hacían memoria de la princesa Lubimoff, recordando con esto á la perdida juventud, siempre más interesante que los tiempos actuales. Al volver el joven al palacio de París encontró á su madre tan princesa como siempre, pero casada con un señor escocés, sir Edwin Macdonald.
En Nare se engrosó el número de los pasajeros con un robusto Escoces, explotador de minas, un dentista, que forzosamente resultó ser yankee, y un antioqueño que, tan luego como entró al vapor, promovió una rifa, y empezó sus especulaciones.
Entraron en una taberna del Mercado, y el dueño, en atención á Morales, les puso una mesilla en el fondo del corral. No había whisky, pero sacó una ginebra que arrancó elogios al extranjero. Beba, Don; beba todo lo que quiera dijo el policía . Ya sabe que yo aprecio mucho á los ingleses, y ahora que soy alguien en mi país.... Mi no ser inglés; mi ser escocés. Recordó Morales la manía de su amigo.
Esta es exactamente la doctrina de Vico sobre la causa de la diferencia en los grados de evidencia y certeza; bien que este filósofo eleva á un sistema general, para explicar el problema de la inteligencia, lo que el escocés solo consigna como un hecho para señalar la razon de la evidencia matemática.
Palabra del Dia
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