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El canto fue descendiendo, hasta concluir en la pronunciación melancólica y cariñosa de una sola letra, la e prolongada; y levantándose en puntas de pie, Nucha depositó a su hija en la cuna muy delicada y cuidadosamente, pues la chiquilla era tan lista en opinión de su madre que distinguía al punto la cuna del brazo, y era capaz de despertar del sopor más profundo si se enteraba de la sustitución.

Y mientras dormían y se arrastraban los espedientes, mientras los papeles sellados menudeaban como cataplasmas de médico ignorante por el cuerpo de un hipocondríaco, Basilio se enteraba en todos sus detalles de cuanto había ocurrido en Tianì, de la muerte de Julî y la desaparicion de Tandang Selo.

Yo me decía: «¡Si esta lo entiende, las demás lo entenderán mejor!», y, mientras hablaba, mirábala para seguir en su semblante el trabajo de su lenta inteligencia. ¡Y si su semblante se iluminaba, me sentía satisfecho...! ¡Puesto que esta simplota se enteraba, las demás debían de haberse enterado también...!

Y todavía creemos que andaba su esposo algo exagerado en este punto; porque doña Martina supo muy bien, al cabo de pocos años, recibir a los amigos de su esposo con dignidad, ya que no con distinción, y supo también preparar una mesa con elegancia y pasear en carretela por la Castellana sin ir rígida e incómoda en el asiento; aprendió igualmente a no dormirse en el Teatro Real y a saludar a sus amigas desde lejos abriendo y cerrando repetidas veces la mano; ofrecía la casa bastante bien, aunque siempre con las mismas frases; se enteraba de las últimas modas y se las aplicaba; se echaba polvos de arroz y se pintaba las cejas cuando iba a algún sarao; por último, aunque con marcado acento español, había llegado a hablar medianamente el francés.

No tuvo ánimo para entrar también; tembló de pensar lo que diría Severiana si se enteraba; pues ¿y doña Guillermina?... Refugiose en el cuarto de la comandanta, donde había dejado velo y manguito. La cobardía que sintió impulsábala a correr hacia la calle.

Leonora se fijaba en él: le examinaba a la luz de la lámpara de la habitación, como si buscase la diferencia con aquel otro muchacho que había conocido en el paseo a la ermita. La vieja, reanimada por la presencia de los dos hombres, se enteraba del peligro. Ya no subía el agua; hasta podía afirmarse que comenzaba a descender lentamente.

El ex droguero escuchaba con la boca abierta a la hermosa y elegante dama, cuyos donaires y gracejo le tenían cautivo; mientras, la Esfinge la miraba de reojo y a hurtadillas, por no tener a mano lanzón de mayor fuerza para pasarla de parte a parte. La marquesa se enteraba de todo y se deleitaba grandemente con ello.

Y Rafael obedecía, pero evitando que le acompañase don Andrés, pues a la ida o a la vuelta pasaba unas cuantas horas en la casa azul o suprimía por completo el viaje para quedarse allí temblando al volver a casa por si su madre se enteraba de tales distracciones. Doña Bernarda conocía aquella nueva amistad.

Pero con eso no me enteraba yo bien de lo que platicaban: lo que vine a sacar en limpio fue que aquél sería el general de don Carlos, porque ella le decía padre, pero él no la quería reconocer por hija, por más que ella se lo pidió de rodillas. ¡Bien hecho! le grité , duro a la embustera descarada. ¿A qué te metiste en eso? le dijo su abuela.

Otra vez volvió a rodar el mísero por los sitios más hediondos de la capital. Algún alma caritativa, que por casualidad se enteraba de su estado, socorríale indirectamente, porque Juan se estremecía a la idea de pedir limosna.