Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de noviembre de 2025


Como quiera que fuese, o ya por dolor de que no cupiera en lo probable tan raro milagro, o ya por fervor religioso que suavizaba sus amargas penas, el P. Enrique vertió dos lágrimas que bajaron con lentitud por sus mejillas descarnadas.

ELSA. No estarán lejos. ENRIQUE. No; pronto oirás los sonidos de sus trompetas, y entonces mi espectro te dejará. ELSA. ¿Por mucho tiempo? ASTOLFO. ¡Es el duque! EL CONDE. ¿Crees? ASTOLFO. ¿Quién puede ser, si no, ese hombre? , es el duque. EL CONDE. Pero esa no es su capa. ASTOLFO. Y, sin embargo, le reconozco: es el duque. EL CONDE. Lo dudo. Es otro, sin duda.

, pero también perdían un parroquiano que les deja muchas ganancias. ¿Usted no ve que Enrique recibe encargos de toda la provincia? Eso también es verdad..., ¿pero no sabes que a los comerciantes les ciega la avaricia?... ¡Uf, qué gente más mala! Te digo que no puedo ver a los comerciantes, Ricardo; no los puedo ver, ni pintados.

No es la piedad, no es el amor a vuestros semejantes quien os mueve, sino el anhelo de la salvación propia y el miedo del infierno. Alambicando de esa suerte contestó el padre Enrique , no hay amor, por desinteresado que sea, cuya raíz no esté en el amor propio. Las palabras mismas lo declaran. ¿Qué es la compasión?

Así sucedió, por ejemplo, con el célebre Enrique Heine, y así sucedía en el año a que nos referimos con el famoso novelista ruso Ivan Turgueneff.

Poco a poco, el señor Desmaroy olvida su dulzura convencional. Su mirada es la de un comisario cuando inspecciona las cosas que le enseña Boulmet, el cual, correcto en extremo, se mata por presentar a su cliente todas las antigüedades de la abuela. Esto, señor mío, es del siglo XIII... Esto del XIV... Tal cosa data del reinado de Luis XIV... Tal otra es del más puro Enrique II...

Es cierto que Fernando el Católico sacó de poder de moros el reino de Granada: que con su política hizo presa de Navarra: que en su tiempo fueron conquistadas las Islas Canarias, descubiertas en el reinado de Enrique III: que ayudó la empresa de Cristóbal Colon para el descubrimiento del Nuevo Mundo profetizado por Séneca en uno de los coros de su Medea : que incorporó la ciudad de Cádiz i el marquesado de Villena en su corona: que confiscó el condado de Pallas: que restituyó al condado de Barcelona el Rosellon i Cerdania, empeñado por don Juan II de Aragon al rei Luis XI de Francia: que conquistó á Mazalquivir, Oran i Bujía: que defendió de los franceses el reino de Nápoles; pero hai un error, i á mi parecer grande en todos nuestros historiadores al narrar las vidas de los reyes, i es que miden las buenas acciones de ellos i el provecho que con el buen gobierno dieron á sus vasallos por las batallas que vencieron, por las ciudades que ganaron, i por las glorias que en sus empresas militares consiguieron.

Mientras tanto, D. Bernardo, de malísimo talante, no tanto por la travesura de su hijo como por las incorrecciones de su esposa, sirvió la sopa a todos los comensales, llenando también el plato de aquélla y el de su hija ausente. Al llegar al de Enrique, dijo en tono perentorio: Niño, ven a sentarte a la mesa. Pero Enrique se hizo el sueco y siguió gimiendo y pataleando a ratos.

Un moro, que se halla en la corte, como embajador del Rey de Granada, que se dice médico y astrólogo, profetízale las horribles desdichas que la crueldad de D. Pedro ha de causar á su familia, la muerte de Doña Leonor de Guzmán y del gran Maestre de Santiago, así como la de D. Pedro á manos del mismo D. Enrique.

Su conversación con el conde Enrique acabó por infundir en su espíritu idéntica curiosidad, igual afán de saber y no menos decidida afición a toda clase de estudios.

Palabra del Dia

vengado

Otros Mirando