Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
Sabido es que las diferencias que existen entre los síntomas de los diversos medicamentos, son algunas veces casi inapreciables aun para el observador mas atento. ¿Pero sabria este observador distinguir mejor las diferencias de estos mismos síntomas en muchas enfermedades?
La telaraña es un regalo de Dios, que vela por nuestra salud. Tamiza el aire, le quita los malos bicharracos que dan las enfermedades, se come a los microbios y demás insectos...
Lo admiraba porque era capaz de pasar un día entero con su noche sin levantarse de la mesa, vaciando botella tras botella. Además, tenía la elocuencia de un predicador cuando ensalzaba las virtudes curativas del whisky, remedio infalible para todos los disgustos y todas las enfermedades. Morales hasta conocía sus manías. Cuando había bebido más de una copa, se irritaba si le llamaban inglés.
¡Vaya, morirse de vejez! ¡Si al menos hubiese sido de alguna enfermedad! Basilio en su afan de hacer autopsias quería enfermedades. ¿No teneis nada nuevo que contarme? Me quitais las ganas de comer contándome las mismas cosas. ¿Sabeís algo de Sagpang? El viejo contó entonces el secuestro de Cabesang Tales. Basilio se quedó pensativo y no dijo nada. Se le había ido por completo el apetito.
Al ver al doctor, salían las mujeres á las puertas de sus tugurios, sonriendo como en presencia de un acontecimiento inesperado, sintiendo de pronto el miedo á enfermedades que tenían olvidadas. ¡Chicas, es don Luis! se gritaban unas á otras. ¡Señor doctor, aquí! ¡Míreme usted este chico!... ¡Entre á ver á mi madre!
Por ironía de su destino, Doña Paca, afligida de diversas enfermedades, conservaba su buen apetito y el gusto de los manjares selectos; gusto y apetito que en cierto modo venían a ser también enfermedad, en aquel caso de las más rebeldes, porque en las farmacias, llamadas tiendas de comestibles, no despachan sin dinero.
Mas quiso Dios, por premio de ésta su heroica caridad, darle el Purgatorio en esta vida, para que así fuese mayor su corona en la eterna bienaventuranza, cargándole de tantas y tan graves enfermedades que le inhabilitaron del todo á ejercitar del todo nuestros ministerios con los neófitos, único conorte en sus tribulaciones, de suerte que solía él decir que de este mundo no tenía sino labor y dolor.
El profesor Giacomini de Pádua parece no interesarse mas que por las fuertes dósis, que es el pecado comun de nuestra época; se afana por producir efectos, sean los que quieran, en lugar de tomarse el tiempo necesario para estudiar los efectos fisiológicos, que, aunque lentos, son mas verdaderamente especiales; efectos característicos de las dósis pequeñas, que se adaptan mejor á la sensibilidad orgánica y á las particularidades de las enfermedades.
Amparo me miró con una profunda y grave atención, y me preguntó: ¿Y qué ha pensado usted? He pensado, primero, en que la posición en que te encuentras es muy precaria. He nacido pobre, me contestó con altivez; mi porvenir es el trabajo; acaso con mucha aplicación y alguna suerte podré adelantar; tener dentro de algunos años un taller mío. ¿Y las enfermedades?
Don Juan decía que apreciaba a su cocinera más que a su médico, porque éste le curaba las enfermedades a fuerza de pócimas y drogas, y aquélla le conservaba la salud con exquisitos bocados.
Palabra del Dia
Otros Mirando