Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de mayo de 2025
Arrogantes galanes, á fe mía, dijo Simón á Roger, que olvidado de todo contemplaba con embeleso espectáculo tan nuevo para él. Lo que yo pienso, dijo á su vez Tristán, es que si pudiera apoderarme de uno de aquellos alegres jinetes y hacerle pagar rescate, podría también comprarle a mi madre un par de vacas.... No seas cernícalo, Tristán, repuso Simón.
Al verla llegar, al cabo, con su vestidito gris, soportando gallardamente las dos existencias en que su ser se partía, una emoción intensa hizo palpitar su corazón. Corrió hacia ella y se apretaron las manos y se miraron a los ojos con embeleso. Luego, cogiéndose del brazo, entraron en el Retiro, y pasearon charlando bajo los árboles.
Todos los dias conversaba con el rey, y con su augusta esposa Astarte, y aumentaba el embeleso de su conversacion aquel deseo de gustar, que, con respecto al entendimiento, es como el arreo á la hermosura; y poco á poco hicieron su mocedad y sus gracias una impresion en Astarte, que á los principios no conoció ella propia.
Otras veces, lanzándose a la poesía, recitábale versos de D. Gregorio Romero Larrañaga y de otros vates de aquellos tiempos bobos. La radical ignorancia de la joven era terreno propio para estos ensayos de literaria educación, pues en todo hallaba novedad, todo le causaba el embeleso que sentiría una criatura al ver juguetes por primera vez.
Mi madre todavía era muy hermosa; nuestras camareras, y hasta nuestras meras criadas eran mas lindas que quantas mugeres pueden hallarse en el Africa toda; y yo era un embeleso, el epílogo de la beldad y la gracia, y era doncella; pero no lo fui mucho tiempo, que el arraez del barco me robó la flor que estaba destinada para el precioso príncipe de Masa-Carrara.
En los intermedios marchaba tranquilamente, dejando vagar su mirada por los contornos indecisos de los montes y los árboles, y el pensamiento correr libremente por los recuerdos placenteros del día o de otros anteriores. No pocas veces le tiene arrancado a este dulcísimo embeleso el repique lento, argentino, melancólico, de las campanas de la iglesia, doblando a la oración.
Como quien repasa hojas hace tiempo dobladas de un libro que se leyó, así miro con curiosidad y asombro los años que fueron; y mientras dura el embeleso de esta contemplación, parece que un genio amigo viene y me quita de encima la pesadumbre de los años, aligerando la carga de mi ancianidad, que tanto agobia el cuerpo como el alma.
Ramiro pensó que de un momento a otro podía llegar alguna persona, su madre misma, y romper el embeleso de un coloquio a solas, que no volvería tal vez a ofrecerse, en mucho tiempo. Preparó en su espíritu la frase decisiva. Estaba resuelto a poner su destino a los pies de aquella mujer. Dio algunos pasos hacia el muro para recobrar su entereza.
Palabra del Dia
Otros Mirando