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Actualizado: 26 de junio de 2025
Se baten los huevos necesarios; se echan a la sartén como para una tortilla, que sirve para envolver la croqueta, que se envolverá rápidamente, y cuando se dora van colocándose en una fuente con una servilleta, espolvoreándolas de azúcar y canela. Son exquisitas.
DORA. Lo ignoraba hasta hace poco. JULIA. ¡Bueno! Desde luego hay que contar con que es un hombre formado para la vida del hogar. No se trata de un bohemio. Necesita sus comidas a una hora fija y sus... diversiones están previstas de antemano. Usted es bastante joven para él y acaso toma el matrimonio como una liberación de la vida de familia.
TERNERA ASADA. En manteca o aceite se dora bien la carne, sazonada con sal y vino blanco; se agregan unas rajas de cebolla y se deja cocer unas tres horas; puede servirse con puré de patatas.
En manteca bien caliente se dora harina, se mezcla el jugo que haya pasado por el colador y yema de huevo cruda; se incorporan, muy picadas, las colas de los langostinos y se vierte sobre el pescado. SALSA DE CANGREJOS.
Si usted tuviese vergüenza...»; etc. Dora piensa que la vergüenza parece el nombre de una piel; no ha perdido la serenidad un solo instante; decide presentarse en la calle Molitor y ver a la señorita que fué la buena amiga de su futuro. Parte, pues, acompañada de su aya, a la que pone de centinela delante del 26 de la calle Molitor.
TORTILLA AL RON. Se baten las claras separadas de las yemas; se unen y echa un poco de azúcar; se ralla cáscara de limón y se hace la tortilla; se espolvorea azúcar en una fuente; se echa encima la tortilla; se dora con la pala candente; se riega con ron, se le da fuego, y se sirve.
El paraje mismo donde trabajan, tiene en sí algo de terrible; no durante el verano, cuyo ardiente sol dora las hojas de los árboles y hace sonreir hasta el horror de los precipicios, pero en el otoño, cuando las nubes pasan corriendo por encima de los sombríos barrancos y dejan en las cimas de los montes sus jirones como gigantescos lienzos rotos, y el viento, ya helado, penetra con estruendo en los estrechos valles, produciendo un prolongado ruido de trueno que repercute á lo lejos.
OTRA FÓRMULA. Se limpia y corta en trozos, se untan de harina, se fríen y se van colocando en una cazuela de barro; en la misma sartén se dora harina, se echa agua y se vierte todo sobre el besugo; en el mortero se machaca un diente de ajo, perejil y almendras tostadas, se deslíe con agua, se vierte sobre el besugo, se hace hervir y se saca.
JULIA. ¡Ay, sí...! Y no ignoramos que formamos discípulos para bien de las mujeres honradas, que nos detestan. Nuestra única venganza consiste en pensar que con el tiempo nos casaremos con los maridos divorciados de nuestras rivales. JULIA. ¡No lo digo por usted, señorita! Confío en que sabrá usted defender su tesoro. DORA. No deseo otra cosa; pero reconozco toda mi inferioridad...
Y tú á su voz amorosa Enamorado palpitas, Tu cabellera lujosa En el seno precipitas De la recia tempestad; Y te envuelve con su manto Que el relámpago colora, Tu frente que el rayo dora Te la riega con el llanto De la mústia soledad. Y celosa de la tierra Que te nutre con su seno, Ruge como ronco trueno, Tus raices desentierra Con delirante furor.
Palabra del Dia
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