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Actualizado: 23 de junio de 2025
Sí que lo es; pero las circunstancias... ¡El abismo!... Supongamos que un desventurado está al borde del precipicio y se le presenta el demonio de la infamia y le alza en sus manos. DON JOS
El Poder, la Sabiduría y el Amor acuden al escuchar los lamentos del desventurado; deliberan entre sí acerca de su suerte, y convienen al cabo en que
Señorita, yo tengo experiencia, y se lo que es el mundo: vaya vm. preguntando á cada pasagero uno por uno la historia de su vida, y mande que me arrojen de cabeza en el mar, si encuentra uno solo que no haya maldecido cien veces la exîstencia, y que no se haya creido el mas desventurado de los mortales. De como Candido tuvo que separarse por fuerza de la hermosa Cunegunda y la vieja.
Dicen que es uno ménos desdichado quando no es él solo; pero segun Zoroastro no es por malicia, que es por necesidad, porque se siente uno entónces atraído por otro desventurado como por un semejante suyo. La alegría de un dichoso fuera insulto; y son dos desventurados como dos flacos arbolillos que, apoyándose uno en otro, contra la borrasca se fortalecen.
Por un movimiento natural los miró Candido con mas atención que á los demas forzados, arrimándose a ellos con lástima; y en algunas facciones de sus desfigurados rostros le pareció que se daban un poco de ayre á Panglós, y al otro desventurado jesuíta, al baron, hermano de Cunegunda.
La soberbia ciega al ignorante como al sabio, al pobre como al rico, al débil como al poderoso, al desventurado como al feliz, á la infancia como á la vejez; domina al libertino, no perdona al austero, campea en el gran mundo, y penetra en el retiro de los claustros; rebosa en el semblante de la altiva señora, que reina en los salones por la nobleza de su linaje, por sus talentos y hermosura, pero se trasluce tambien en la tímida palabra de la humilde religiosa, que salida de familia oscura, se ha encerrado en el monasterio, desconocida de los hombres sin mas porvenir en la tierra que una sepultura ignorada.
Y el desventurado de La Edad de Oro es el artículo sobre la Historia de la Cuchara, el Tenedor y el Cuchillo, que en cada número se anuncia muy orondo, como si fuera una maravilla, y luego sucede que no queda lugar para él. Lo que le está muy bien empleado, por pedante, y por andarse anunciando así. Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar.
A mi posada vino un caballero De buena compostura y bien tratado, Alegre, conversable y placentero, Y con una encomienda señalado. Tiene una negra allí mucho dinero, Con ella se casò el desventurado. ¡Mirad pues el dinero
Este es el número de La Edad de Oro, donde se ve lo viejo y lo nuevo del mundo, y se aprende cómo las cosas de guerra y de muerte no son tan bellas como las de trabajar: ¡a saber si el tiempo del Padre las Casas era mejor que el de la Exposición de París! ¿Y quién es mejor: Masicas, o Pilar? Sólo que en todo lo de esta vida hay siempre un desventurado.
No sirves ni para barrendero de las calles, ni siquiera para llevar un cartel con anuncios... Y sin embargo, desventurado, no hay hechura de Dios que no tenga su para qué en este taller admirable del trabajo universal; tú has nacido para un gran oficio, en el cual puedes alcanzar mucha gloria y el pan de cada día.
Palabra del Dia
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