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Actualizado: 23 de junio de 2025
Desprecia a Miquis, que habiendo descubierto un tesoro, permitió que ese tesoro fuera para todos menos para él. El simple y desventurado Miquis ha sido un libertino del estudio; sus calaveradas han sido las calaveras. A su lado pasó, coronada de rosas y con la copa en la mano, la imagen de la vida, y Miquis volvió los ojos para contemplar embebecido, ¡ay!, la rugosa faz de los catedráticos.
Explicaré lo que esto significaba y á dónde iba con su cuerpo aquella tarde el desventurado Don Francisco. El día mismo en que cayó malo Valentín, recibió su padre carta de un antiguo y sacrificado cliente ó deudor suyo, pidiéndole préstamo con garantía de los muebles de la casa.
«No quiero incomodarme, no quiero alzar tampoco la voz dijo doña Lupe levantándose de su asiento , porque no se entere ese desventurado». Salió un momento con objeto de cerrar puertas para que no se oyera la gresca, y a poco volvió al gabinete, diciendo: «Se ha quedado dormido. Si te parece, haz bulla para que no descanse el pobrecito. Te estás portando... ¡Silencio!».
Esta comedia no merece compararse con el Coriolano de Shakespeare. Darlo todo y no dar nada. Parece asimismo fruto de una inspiración poética, ya cansada, y digna sólo del gran vate en sus rasgos cómicos. El segundo Scipión. Scipión, el más joven, se transforma en una copia del más desventurado de todos los reyes españoles, esto es, de Carlos II. Duelos de amor y lealtad.
La vida del cantor de Ligeia, esa extraordinaria mujer, prodigio de carne y maravilla de inteligencia, nos da la impresión de una negra pesadilla, de una taumatúrgica alucinación de opio, por donde vaga la sombra sonámbula de ese triste discípulo de un fatal y desventurado maestro, cuya voz repite ese único y desolado estribillo: «Nunca más.» Los poetas borrachos
Deplorable es que el desventurado D. MARIANO JOS
La noche no dejó de tener tampoco algún contratiempo para mí. Yo me había llevado la querida de otro; en justa compensación otro se había llevado mi capa, que debía parecerse a la suya, como se parecía mi dominó al del desventurado querido. Ya estás vengado exclamé, ¡oh, burlado mancebo!
Pero el foco de donde partía el ataque, era en extremo absurdo; siempre el desventurado Aristóteles, siempre son las tres unidades las que se invocan; entre las críticas que hacen de Lope, descuellan la de que no es Plauto, ni Terencio, ni Séneca, que menosprecia la dignidad sensata del estilo trágico, confundiendo sin mesura lo cómico con lo trágico.
El Rey Venturoso se creyó entonces el más desventurado de todos los reyes; se lamentó de haber sido cómplice en un crimen inútil, y temió la venganza del poderoso Kan de Tartaria. Aquella noche no pudo pegar los ojos hasta muy tarde.
Estarían seguramente en buena posición, y puede que algunos días tuvieran convidados a su mesa. La servidumbre es necesaria, y llegaría un día seguramente en que no se podrían pasar sin una niñera. Al oír esto, por poco suelta la risa Fortunata; pero se contuvo, concretándose a decir en su interior: «¡Para qué querrá niñeras este desventurado...!».
Palabra del Dia
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