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Actualizado: 29 de junio de 2025
Espero en Dios que está en la gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo cierta armada contra los moros, entre los cuales fué mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, fenesció su vida.
Lo único que siento es que otra persona, por más que sea una hija queridísima, me haya perjudicado hasta tal punto en tu cariño, me haya desterrado de tu corazón.... Al pronunciar estas últimas palabras su voz se alteró un poco.
Vino el que tenía a cargo el dinero tras mí; prendiéronme; tuve poco favor; aunque, viendo aquellos señores mi poca edad, se contentaron con que me arrimasen al aldabilla y me mosqueasen las espaldas por un rato y con que saliese desterrado por cuatro años de la Corte.
Coriolano aparece transformado en un galán del siglo XVII, con capa y espada, muy puntilloso en cuestiones de honor, y amable y enamorado con las damas; promueve una rebelión popular, por haber establecido el Senado, en una ley, que las mujeres no han de ponerse afeites ni llevar piedras preciosas; un senador perece en esta sedición, y su principal autor es desterrado por este motivo.
A él debió éste sus mayores victorias. El generalísimo Ra-Ra fué mi abuelo. Cuando las mujeres hicieron lo que ellas llaman la Verdadera Revolución, mi glorioso ascendiente, á pesar da su vejez y de su historia heroica, fué desterrado á una isla desierta, cerca de la gran barrera de rocas y espumas, creada por los dioses, que nadie se atreve á pasar. Allí murió al poco tiempo.
Los detalles de la vida humana en aquellos tiempos en que los hombres tenían hasta una configuración de cráneo distinta a la nuestra, y por lo tanto, movían su espíritu dentro de diversa atmósfera, nos llamaban más la atención que las narraciones del diluvio, que los sabios han desterrado de los viejos muros de Nínive con gritos de entusiasmo.
Le parecía que su ser trasmigraba súbito al de un ángel, que en su espíritu se cumplía un misterio inefable y augusto. Le acometían impulsos de reír y llorar al mismo tiempo. Se hallaba en la situación de un desterrado a quien restituyen de repente al seno de su patria y su familia. Necesitaba hacer esfuerzos sobre sí mismo para no brincar, para no gritar y reír como un oxigenado.
Poco después sabe el desterrado, por uno de sus servidores, que se ha visto bajar de noche á un hombre disfrazado del balcón de Doña Flor, por lo cual, lleno de celos, toma la resolución de penetrar en la ciudad.
Hoy desterrado, mañana vendido como esclavo, o condenado a beber la cicuta; después, lamentado, honrado como un dios; todos los días expuesto a verse arrastrado a la barra del más inexorable "tribunal revolucionario", el ateniense que, en medio de esta vida agitada, jamás estaba seguro del día siguiente, producía con una expontaneidad que nos asombra".
Así Thiers, el día después de su llegada, 21 de Septiembre, empleó sus horas de este modo, que cuenta López Cepero, á su amigo el autor de El dos de Mayo: ...«Estaba dispuesta una novillada y concurrió á ella dicho personaje, rodeado de gente juglar y baladí, muy poco conforme á la categoría que se le supone, y con esta chusma pasó toda la noche en un corral de la calle Jimios, entre gitanos y mujerzuelas, lo más asqueroso que se usa en las fiestas de candil á que sólo aun entre la canalla suele verse algún día de campo, estando desterrado en todo lugar y tiempo de la gente de mediana educación y decencia.»
Palabra del Dia
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