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Actualizado: 24 de junio de 2025


Así comenzó su carrera de empresaria aquella mujer excepcional, que mandó construir el teatro del Havre y tuvo en París dos teatros suyos, por los cuales, durante sesenta años, desfilaron las actrices y actores más célebres de aquella época: Mlle.

Por delante de nosotros desfilaron las tropas de Vedel, en número de nueve mil trescientos hombres, y dejando sus armas en pabellón, nos entregaron muchas águilas y cuarenta cañones. Les mirábamos y nos parecía imposible que aquéllos fueran los vencedores de Europa.

Las torres y contrafuertes del templo fingían majestuosa visión entre el cendal de la aurora; y, a uno y otro lado, los cubos de la muralla se alejaban, solemnes y espectrales, cada vez más vaporosos, hasta desaparecer por completo. El canónigo sintió, como nunca, la evocación legendaria de las almenas. Galaor, Esplandián, Amadís, Lanzarote... desfilaron.

Al despertar, bien entrada la mañana, corrió á los jardines de la gruta... ¡Las horas de espera temblorosa é inútil, creyendo reconocer á Margarita en toda dama blanca que avanzaba guiando á un herido! Por la tarde, después de un almuerzo cuyos platos desfilaron intactos, volvió al jardín en busca de ella. Al reconocerla dando el brazo al oficial ciego, experimentó una sensación de desaliento.

Una pensión pequeña, bastará. ¿Qué diría usted de 80 pesos? » Concedido respondí, dando gracias a la Providencia por haberme dado una suegra tan razonable. »¡Ay! la hora del desengaño llegó rápidamente. »Ante mis ojos espantados desfilaron cifras amenazadoras: »200 pesos para los gastos de una criada. Susana había sido demasiado bien educada, para hacer ella misma los quehaceres de la casa.

La muchedumbre aglomerada ante el palacio rugió de entusiasmo al ver en un balcón al siempre descontento tribuno sonriendo á los señores del gobierno y abrazándose con ellos. Bajo el resplandor sonrosado de las iluminaciones nocturnas desfilaron todas las tropas de la capital.

Mas de trescientos paisanos de uno y otro sexo desfilaron por delante de nosotros, por pares ó en pequeños grupos. Los hombres, en lo general de talla mas que mediana, delgados y bien musculados, eran notables por el mirar franco de sus ojos azules, sus fisonomías rudas pero sencillas, abiertas y simpáticas, y el andar lento y seguro.

Por la plazuela de las de Pajares desfilaron los de Medicina y Derecho, y en torno de la enhiesta bandera amarilla o roja, las músicas rompieron a tocar alegres valses, que rápidamente poblaban los balcones. La expansión ruidosa de la juventud libre y sin cuidados invadía la plaza como una atronadora borrachera.

Desfilaron gentes del buque: grumetes que hacían su primer viaje, fogoneros de larga navegación por los mares septentrionales que no habían estado en el hemisferio Sur. Y los encargados del bautizo extremaban sus bromas con una brutalidad confianzuda en las cabezas rapadas y los torsos desnudos de estos que eran sus compañeros.

Marquesas y duquesas, que habían venido en coches blasonados, y otras que no tenían título pero mucho dinero, desfilaron por aquellas salas y pasillos, en los cuales la dirección fanática de Sor Natividad y las manos rudas de las recogidas habían hecho tales prodigios de limpieza que, según frase vulgar, se podía comer en el suelo sin necesidad de manteles.

Palabra del Dia

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