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Usted, le replicaba Lucía, sin enfadarse nunca, está para enseñarme idiomas y no para aconsejarme. Ya demasiado tengo con los consejos de papá, que tampoco me sirven para nada. Adriana, fingiendo pensar como Mlle. Ivonne, la reprendía imitando la pronunciación extranjera, y con el mismo tono de severidad. La señorita Ivonne se empeñaba en inculcar a Lucía nociones de literatura y de arte.

Este malestar fué en aumento: Le Bargy, Féraudy, Leloir, Laugier... todos aconsejaban á Rostand que retirase su obra; aun era tiempo; ¿para qué ir á un fracaso que tantos comediantes experimentados y meritísimos estimaban seguro?... El poeta llegó á creer que se había equivocado, y que sus amigos los actores tenían razón. Mlle.

¿Cómo?... ¡Pues ya lo creo!... Antes de quince días. La comedia de Alejandro Bissón fué un éxito, y Laridel pudo pagar sus trampas y vender su teatro en buenas condiciones. La deliciosa Mlle. Denise prosiguió su carrera triunfal. En cuanto á Mr.

En esto llegó Lucía Moreno, una amiga de ambas; venía acompañada de su profesora, Mlle. Ivonne, que le servía al mismo tiempo como dama de compañía. Lucía era, para Adriana, un ser mucho más interesante que Charito. Muchacha de unos diez y nueve años, elegantísima, alegre de carácter, llena de gracia espontánea, una continua sonrisa le jugaba en los labios y en los ojos negros.

En el segundo acto había un episodio picante, lleno de travesura, que la hermosa Mlle. Denise interpretaba con gran donaire. Mr. Chalonette la miraba embobado, y el astuto Bissón, que espiaba á su enemigo, hizo repetir la escena hasta tres veces. Después, Mr.

Hízolo así Rostand, y su obra ya estaba definitivamente corregida y sacada de papeles, cuando M. de Curel entregó el original de «L'Amour brode». El autor novel quedó postergado; era natural. Pasaron otros tres ó cuatro meses, y Rostand, ¡al fin!... pudo leer su comedia. La impresión fué excelente: el papel de «Sylvette» lo interpretaría Mlle.

C'est peut être juste, c'est peut être juste, dijo Mlle. Ivonne, procurando acordar las reflexiones de Julio con las enseñanzas de la Université des Annales que ella frecuentara en su país. Lucía Moreno se había acercado con Charito y escuchaba a Julio sin dejar de sonreír. Examinó la Psyché con cierta curiosidad respetuosa, procurando descubrir en ella todo aquello que Julio le atribuía.

En aquella época, Raquel no pensaba dedicarse á la tragedia; prefería la comedia; sus días de hambre no habían podido secar la vena caudalosa de su buen humor. Era indócil, endiablada, aventurera y alegre como un muchacho. Sus compañeras la llamaban Pierrot, y ella misma firmó con este pseudónimo muchas cartas íntimas que Mlle. Valentina Thomson ha publicado más tarde.

Así comenzó su carrera de empresaria aquella mujer excepcional, que mandó construir el teatro del Havre y tuvo en París dos teatros suyos, por los cuales, durante sesenta años, desfilaron las actrices y actores más célebres de aquella época: Mlle.

Las habitaciones, decoradas por Juan Veber, Enrique Martín, Gastón La Touche, Mlle. Dufau y otros artistas, ofrecen perspectivas espléndidas.