Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de julio de 2025
¡Poco apoco! interrumpió Marenval, un poco desconcertado al ver aquel furioso ataque y creyendo haber dicho demasiado. Usted era injusta al acusarme de no tener fe en la inocencia de Jacobo. Bien sabe usted que le he defendido con la energía de un hombre á quien el mundo englobaba malignamente en la catástrofe ocurrida. Sí, en aquellos momentos vi en toda su desnudez la canallada de los hombres.
Párese usted un poco, camaraíta replicó Santa Cruz algo desconcertado . ¿Qué palabras usaré yo para pintarte la situación en que me encontraba? Es que el caso es de los más raros que se pueden ofrecer... Para que veas que soy sincero y leal, te diré que hubo en mí algo de flaqueza, sí, flaqueza que nacía de la compasión.
Delaberge algo desconcertado por tan vulgar acogida y aún más por la comprobación de tan mortificante olvido, declaró que no estaba por la sala roja y que prefería el cuarto que había ocupado en otros tiempos y cuya ventana daba al jardín.
El ministro, penosamente desconcertado, pero con la esperanza de que un beso podría ser una especie de talismán que le ganara la buena voluntad de la niña, se inclinó hacia ella y la besó en la frente.
No se sabe adónde hubieran ido a dar las imaginaciones del desconcertado Sultán, cuando, en medio de aquella oscuridad, se dejó escuchar la voz del caprichoso Ben-Farding, diciendo: Querido Mohamad, ¿por qué te he de engañar revistiéndome con titulillos que no he ganado todavía? ¡Pues qué! ¿No hay más que ser el rey de la locura?
Perdóneme usted, señor conde, pero no creo tener que aprender los deberes que ya ejercía con honor cuando usted estaba en la cuna. Sí dijo el conde un poco dulcificado; sé que es usted un antiguo amigo; pero hay cuestiones que no son de su competencia. Si se tratase de un acta notarial, en hora buena. No se trata de otra cosa declaró Hardoin sencillamente. Raúl se detuvo desconcertado.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo; me sentí culpable y avergonzado, como debió sentirse el viejo marinero del poema cuando dió muerte al albatros con su ballesta. Por fin me asomé. Ni el pájaro yacía en la casi desierta calle ni advertí trazas de sangre en el barandal de la ventana. A poco tuve todo aquello por una alucinación y quedé desconcertado. ¿Sería un preludio de locura?
Simón pareció desconcertado por la humildad de esa confesión y contempló a su interlocutor menos hostilmente, a pesar de lo cual persistía aún en sus ojos y en la, contracción de sus labios un resto de desconfianza.
Fue sólo aquella noche cuando Pedro le preguntó si había leído el billete que de Elisa él le trajera, que Beatriz advirtió la turbación y el desconcertado continente del marqués. ¿Ha ido usted hoy a casa de la señora de Aymaret? le preguntó la señorita de Sardonne. Sí... y aun hemos tenido una conversación muy larga... y muy interesante. ¡Ah! exclamó aquélla , ¿y sobre qué? Acerca de usted misma.
Luego, pasando ante el matón, continuó su camino, volviéndole la espalda con una confianza despectiva. Pimentó, acostumbrado á que le temblase toda la huerta, se mostraba cada vez más desconcertado por la serenidad de Batiste. ¿Es la darrera paraula? le gritó cuando estaba ya á cierta distancia. ¿Es la última palabra? Sí; la darrera contestó Batiste sin volverse.
Palabra del Dia
Otros Mirando