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Actualizado: 13 de junio de 2025


El Comendador se mostró consternado, se quedó mudo. El fraile añadió: Clarita es una santa. Allí la dejo cuidando á su madre. No para qué todas estas desazones. La chica está resuelta, firmemente resuelta. Todo es inútil. Bien hubiera podido evitarse tu endemoniada conversación con la madre. Tiempo es de evitar aún que te arruines á tontas y á locas.

Otras veces veíala nacer por partes, asomando ahora un miembro, luego otro, hasta que toda entera aparecía en el reino de la luz. Bringas las acariciaba, prestándoles aquella atención de hombre práctico que no excluía en él las desazones espasmódicas de la creación genial. Contando mentalmente, decía: «Goma laca: dos reales y medio.

Yo, señores académicos, deseoso de responder pronto y lo menos mal que pudiera a mi pariente y amigo, me comprometí para hacerlo hoy, sin contar con los males y desazones que en estos días han caído sobre . He tenido poco tiempo de que disponer: tres días no más, por esto he sido más desordenado e incoherente que de costumbre. Vosotros, con vuestra indulgencia acostumbrada, me lo perdonareis.

Puede que ». El apetito del corazón, aquella necesidad de querer fuerte, le daba sus desazones de tiempo en tiempo, produciéndole la ilusión triste de estar como encarcelada y puesta a pan y agua.

El catalán, atento a los repulgos de la muchacha, murmuraba: niña de los muchos novios, que con ninguno te casas; si te guardas para un rey cuatro tiene la baraja. De aquí surgían desazones entre sobrina y tía. La vieja la trataba de gazmoña y papahostias, y la chica rompía a llorar como una bendita de Dios, con lo que enfureciéndose más aquella megera, la gritaba: ¡Hipócrita!

Esta vez fue más largo el paréntesis de mi tío, porque fue mayor la fatiga provocada por la tos. En cuanto se repuso un poco, continuó diciendo: Pues bueno, y a lo que te iba: ya estás al tanto de las cosas y tienes en marcha tu plan: aquí empiezan las alegrías de la buena entraña, pero también las desazones gordas, si no te armas mucho de paciencia, ¡pero mucho, pispajo!

Es triste caravana en el desierto. Nos morimos de sed. Las desazones son inquietantes, como un cuerpo muerto destrozado por garras de leones. De la vida en el áspero camino yo he sido como humilde peregrino que hizo el amor de su ideal un rito; atravesó el desierto con mis penas, y he quemado mis pies en sus arenas en un ansia infinita de infinito.

Frasquito, que estaba agitadísimo después de la reyerta con su suegro, experimentó la necesidad de bailar, quizá para aturdirse, y bailaba con Isabel. El señor Rafael trincaba con el maestro carpintero en un rincón, mientras en otro, una joven casada, cuyo marido no estaba allí, contaba sus desazones domésticas y pedía consejo á Paca la de la Parra.

En su época se erigió el virreinato de Buenos Aires y quedó terminada la demarcación de límites del Perú, según el tratado de 1777 entre España y Portugal, tratado que después nos ha traído algunas desazones con el Brasil y el Ecuador.

Era de tal índole la maldad de esta hembra, que daba por buenas las desazones que el lance pudiera causarle, por la responsabilidad que ella tenía, con tal de ver comprobados por los hechos sus pronósticos. «¡Como su madre! decía a las personas de confianza . ¡improper! ¡improper! ¡Si ya lo decía yo! El instinto... la sangre.... No basta la educación contra la naturaleza».

Palabra del Dia

rigoleto

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