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Actualizado: 20 de octubre de 2025
Que el Ayuntamiento había mandado podar los árboles del paseo de Riego: disputa en el Saloncillo. Que el dependiente de la casa González Hijos se había escapado con catorce mil reales: disputa. Que el cura de la parroquia se negaba a dar certificado de buena conducta al piloto Velasco: Alvaro Peña tuvo un vómito de sangre a consecuencia de esta disputa.
Era un muchacho, pronto á ruborizarse cuando le obligaban á contar sus actos en la guerra. Despojado de su uniforme y sus insignias honoríficas hubiese parecido un pobre dependiente de comercio, resignado con su modestia é incapaz de salir de ella. Su aspecto contrastaba con las hazañas que al fin se decidía á confesar en fuerza de preguntas.
Hace probable la existencia de un antiguo y estable teatro en esta ciudad la circunstancia de que, según consta de datos antiguos y fidedignos, la calle que hoy se llama de la Tertulia, llevaba en 1566 el nombre de Carrer de les Comedies, aunque la indicación hecha por Jovellanos, de que ya en el año de 1526, había en Valencia un teatro dependiente de un hospital, no ha sido confirmada.
Puesto que el dependiente mayor, Antonio Cuadros, se había casado con Teresa, la criada, y por tener algunos ahorrillos pensaba establecerse, que se quedara con la tienda y con don Eugenio, que quería acabar su vida agarrado a ella como una lapa.
Así pues, todas las mercancias y los objetos de trueque llevados por los comerciantes, como tambien todos los frutos de los demas cantones interiores, pasan indispensablemente por su plaza: razon por la que el gobierno ha creido conveniente colocar en este punto un recaudador de aduanas, dependiente de la administracion principal de La-Paz.
Su facilidad de fisonomista le hizo reconocer inmediatamente a Juanito. Siéntense ustedes... siéntense dijo con su voz reposada, que marcaba grandes pausas entre sílaba y sílaba . ¿Qué hay, pollo? ¿Qué le trae a usted por aquí? El dependiente estaba ruborizado y se expresaba con dificultad, impresionado por la mirada del grande hombre.
El dependiente era para ella un ser de casta superior; causábala respeto la posición social de su familia; y mientras Tónica le llamaba por su nombre, ella, con sus costumbres de criada antigua, nombrábale siempre «señor de Peña», ceremoniosamente, a estilo de comedia. ¡Qué tardes tan hermosas las de aquella primavera!
Y el infeliz mortal poseedor de tantas cualidades paseaba por la tienda ante su asombrado dependiente, con toda la prosopopeya de un hombre que tiene agarrada la fortuna por los pelos y no piensa soltarla.... Y todo porque con unas cuantas operaciones tímidas, yendo a la zaga de otros más expertos, había ganado mil duros.
No muy lejos vio a un viejo trabajador con blusa azul, boina raída y alpargatas, que venía corriendo, perseguido de un joven que, a juzgar por las mangas postizas de tartán sujetas al codo y su cabeza peinada y relamida, que llevaba descubierta, debía de ser dependiente de alguna tienda de comestibles.
Hay razones para creer que la idea de este suceso movió al viejo droguero a traspasar a Santiago su droguería mucho antes de lo que tenía pensado; tanto más, cuanto que se sabe que su dependiente apuntó cierto escrúpulo que tenía de casarse sin estar arraigado completamente a su gusto, con la advertencia de que esto del arraigo no lo estimaba él en una riqueza, que no merecía, sino que algo como..., verbigracia: una droguería bien montada que fuera de su propiedad absoluta, para lo cual no daban sus ahorros por entonces.
Palabra del Dia
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