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Actualizado: 16 de junio de 2025


337 Hay gauchos que presumen de tener damas; no digo que presumen, pero se alaban, y a lo mejor los dejan tocando tablas. 338 Se secretiaron las hembras, y yo ya me encocoré; volié la anca y le grité: ¡dejá de cantar- chicharra! Y de un tajo a la guitarra tuitas las cuerdas corté.

¡Canástoles! harto consiente quien se calla y deja hacer... Tanto más, cuanto que llegué a creer que vosotros, por vuestra parte, estabais proyectando lo mismo que nosotros. Pues ese ha sido tu error. Admitido; pero ¿por qué no me has sacado de él? Porque ni tiempo me diste para ello la única vez que hubiera venido al caso, como viene ahora.

La de Grevillois permanece seria y con una expresión de placidez, como si no oyera lo que se dice. A la Marquesa de Oreve, por el contrario, le divierten extraordinariamente las ocurrencias del señor Kisseler y, si está callado, lo que es raro, no deja de incitarlo: «Kisseler está triste esta noche... Se conoce que no le inspiramos.» Y esto basta para inflamar la pólvora.

¡Qué angostos son a veces dijo don Juan los senderos que Dios nos deja para que caminemos hacia la dicha! Chico, parece que nos amamos por cerbatana. ¿Oyes bien? , pero tengo que pegar la oreja a la cerradura. ¡Alma mía! ¡Juan de mis ojos! ¡Monín!

Al llegar al inmenso tapiz de Beauvais, del comedor, el señor Desmaroy deja escapar un grito del corazón: Qué error dejar dormir tanto dinero... Cuánto dinero improductivo... Si este tapiz fuese mío, qué pronto le vendería... La abuela disimula su asombro con una sonrisa que lo mismo significa adhesión que reprobación.

NOS fray Pedro Jiménez Vaca Concedo libre y seguro pasaporte a don Juan Fernández, de profesión católico, apostólico y romano, que pasa a la villa revolucionaria de Madrid a diligencias propias: deja asegurada su conducta de catolicismo.

¡Pueblo!, eso es observó Juan con un poquito de pedantería ; en otros términos: lo esencial de la humanidad, la materia prima, porque cuando la civilización deja perder los grandes sentimientos, las ideas matrices, hay que ir a buscarlos al bloque, a la cantera del pueblo. Fortunata no entendía bien los conceptos; pero alguna idea vaga tenía de aquello.

He oído decir que el carácter del señor Cané es tan jovial como bondadoso y franco: en su libro ha querido, sin duda, hacer gala de escepticismo, y deja entrever con mucha ¿demasiada? frecuencia, la nota siempre igual del eterno fastidio. Y, sin embargo, ¡qué amargo contrasentido encierra ese original deseo de aparecer fastidiado!

Ojalá, primero, que Cuba siga siendo española; pero si Cuba deja de serlo, ojalá que sea pronto, para gloria y satisfacción de la antigua madre patria, una gran república cultísima y floreciente.

Deja a la luna verme con luz tranquila y suave, deja que el alba envíe su resplandor fugaz, deja gemir al viento con su murmullo grave; y si desciende y posa sobre mi cruz un ave, deja que el ave entone su cántico de paz.

Palabra del Dia

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