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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Comenzó a susurrarse que el fallo del tribunal así lo declararía. Dos días antes de que se publicase, la Amparo abandonó el palacio de Requena después de haberlo puesto a saco. Se llevó multitud de objetos de gran valor. Su hacienda ascendía ya a una porción de millones. En previsión de lo que podía suceder la había sacado del Banco de España y la tenía en valores extranjeros.
Me lo figuraba dijo Fortunata, y después le dio cuenta de lo que había dispuesto y de lo que le indicó a Papitos que comprase. «¡Ay! Me parece que he estado un año fuera de mi casa. Me ocurría que no sabríais desenvolveros y que la mona se declararía en cantón, haciendo lo que le daba la gana. Ahora a casa, que es madre. Ya hemos cumplido.
Pero, ¿a dónde iría? ¿No la perseguirían y muy luego darían con ella? La pondrían en la cárcel... Y, ¿cuál sería la suerte de su pobre Elena? ¿Iría a hablar a la condesa, le declararía su nombre y reclamaría su derecho de madre sobre la joven?
Llega en este momento un correo de Lyón con bandera blanca; el Ayuntamiento de aquí se ha reunido para resolver si se declararía la caída de Bonaparte y la soberanía de los Borbones.
El joven sería sorprendido, habría un gran escándalo, se harían averiguaciones, ella declararía por dónde habría entrado, y cátate á las Remolinas camino de la cárcel en castigo de su complicidad en aquel delito de escalamiento y abuso de confianza.
Vería usted entonces que su corazón es tan grande como su inteligencia; que es todo él espíritu de caridad sin límites e inagotable, como el Océano; que en actos de ella arriesga cien veces la vida, porque abundan, desgraciadamente, las ocasiones de hacerlo durante las inclemencias invernales en estos desamparados desfiladeros; que, habiendo corrido el mundo y teniendo en él deudos encumbrados y valedores poderosos, ha preferido a lo más solicitado por las vulgares ambiciones, las estrecheces y oscuridades de su valle nativo, cuya prosperidad es su manía; que, además de la religión divina de su fe cristiana, inquebrantable, tiene la terrena del honor y de la Ley justiciera e incorruptible; que es tal la integridad de su conciencia, que si un día llegara a reconocerse delincuente y no hubiera juez que persiguiera su delito, él se declararía juez y hasta carcelero de sí propio; que tiene la pasión de los débiles y de los menesterosos y de los perseguidos, el ansia inextinguible del saber y el delirio por las glorias de su patria; que los desafueros contra el bien común le exaltan y embravecen... y, por último, que es el hombre que usted adivinó en su pesadilla de anoche, gastándose la vida y el patrimonio en lidiar valerosamente, sin punto de sosiego, contra todo linaje de infieles.
Pero en lugar de huir los asesinos, uno de ellos debía ocupar el lugar del Rey en el calabozo y pedir a los asaltantes favor y justicia a grandes gritos; llamado entonces Miguel, declararía que el preso había ofendido a la señora Maubán y por eso sufría aquel castigo; y que él, el Duque, se alegraba de tener aquella oportunidad para aclarar lo ocurrido en la fortaleza y contradecir y disipar ciertos rumores que habían circulado acerca de la presencia de un misterioso prisionero en el castillo de Zenda.
La entrevista resultó grata para el joven, porque le dió la seguridad de que Margaret le amaba siempre; mas no por eso sacó de ella un resultado positivo. Miss Haynes era una buena hija y no se declararía nunca en rebelión contra su madre.
Palabra del Dia
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