United States or Uruguay ? Vote for the TOP Country of the Week !


Leonora, al cantar frente a aquel hombre famoso, al agarrar en pleno dúo aquellas manos que habían besado las reinas del arte, sentíase profundamente turbada. Era el mundo soñado en su cuartito de Milán, las grandezas aristocráticas que llegaban hasta ella en el ambiente fuertemente perfumado que envolvía a Salvatti.

Su hija se dispone á hacerle el dúo, cuando se oye en el corral un coro de relinchos y un ruido sobre los morrillos, como si avanzaran veinte caballos. ¡Ahí están los ladrones! diría en tal caso un ciudadano alarmado. Pues, no señor, son los marzantes, es decir, dos docenas de mocetones del lugar que andan recorriéndole de casa en casa.

El amor reposa en estos temperamentos como una masa de polvo colorante en el fondo de un vaso de agua; así que se agita, toda el agua queda teñida. El hecho aparente era que nuestro amigo ni se enamoraba ni se declaraba á las mujeres que tenía cerca, pero en realidad, hacía uno y otro. Su plática, pues, con la condesa tenía mucho de dúo amoroso.

La encontraba frecuentemente sentada enfrente de su camarera italiana, una pesada hija de Lombardía, jugando á las cartas y fumando á dúo cigarrillos. Cuando yo le hacía observaciones me respondía: ¿Qué importa? Está á mi disposición lo mismo para distraerme jugando á la baraja que para abrocharme las botas. Le pago, me sirve y no hay más.

Cantaba un tenor «eminencia», uno de esos tiranuelos de la escena que cobran por noche cinco mil francos para entonar una romanza o un dúo y estar de cuerpo presente en el resto de la obra.

Aparte de las mil preciosidades de las naves, del claustro, de las altas galerías, las capillas, etc., su coro, que es de mucho mérito en todos sentidos, contiene un órgano superior de 11,000 tubos, curioso por la particularidad de dos figuras de moros, en bronce, que cantan á duo, el uno en tenor y el otro en bajo, obra de un ingenioso lego de San Francisco de Rio-seco.

Se había dejado sorprender.... Pero, ¿quién hubiera temido?... Y su cólera, como siempre, iba a estrellarse contra Bonis. El cual tuvo que desistir de sus ensayos de enternecimiento a dúo con motivo del próximo y feliz suceso, porque Emma, ni en broma, toleraba que se hablase del peligro que corría como de acontecimiento próspero.

Tomó, pues, una silla y se sentó con mucho reposo, apercibiéndose a oír lo que la muchacha dijese y hasta a contestarle discutiendo tranquilamente con ella. Aunque la discusión y el coloquio durasen media hora, serían el andante de un dúo y harían más vivo y más grato el allegro que vendría después.

¡Poema seguro por lo pronto! ¡Edgardo y Lucía en escena! ¡Qué dúo, qué idilio, qué eternos esponsales de dos vidas! Luego viene el drama....., y termina en tragedia ó en comedia: esto es, en el Cementerio para alguien, ó en la Vicaría para los dos enamorados. Supongamos esto último: se casan. ¡Adiós, mundo! ¡Adiós, calle! ¡Adiós, balcón! ¡Adiós, todo! Amparo ha desaparecido.

Un mensajero del telégrafo se le acercó: ¿Cómo se llama usted, señor? Melchor Astul. ¿Tiene alguna tarjeta... o algo? ¡, hombre! ¡, es él! dijeron a dúo Lorenzo y Ricardo. El mensajero los contempló un instante, los miró, más bien, y entregándoselo a Melchor, le dijo: Un telegrama para usted.