Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de mayo de 2025


Las causas que promovieron y facilitaron esta enseñanza fueron de diversa índole: en primer lugar, con relación a época más remota, la venida y permanencia larga de aquellas cuadrillas de artistas, artífices y obreros que construyeron las catedrales, debió de influir mucho en nuestra cultura: y luego las relaciones frecuentes y comunicación diplomática de nuestros reyes con los soberanos extranjeros contribuirían también, por el cambio de regalos, a que la gente rica se fuese aficionando a la pintura que ya en Flandes y en Italia era principal ornato de templos y palacios.

Acababan las cuadrillas de salir al redondel, cuando sonaron fuertes golpes en la puerta de Caballerizas. Un empleado de la plaza se acercó a ella gritando con mal humor. No se entraba por allí; debían buscar otra puerta. Pero una voz le contestó desde fuera con insistencia, y abrió. Entraron un hombre y una mujer: él con sombrero blanco cordobés; ella vestida de negro y con mantilla.

Al otro dia vinieron á la plaza de la Villa á la fiesta de toros y juego de cañas, que hubo donde el Cardenal Deste tuvo el mismo lugar que en la huerta del Duque, y aunque las libreas de las cañas fueron muy buenas, las cuadrillas pudieron jugarlas mexor: volviéronse á la huerta para ver la comedia de la Sta.

No era del país: debía ser maketo, de los que llegaban en cuadrillas de Castilla ó de León, empujados por el hambre, atraídos por los jornales de las minas. Un pantalón azul, con piezas superpuestas en las posaderas y las rodillas, oscilaba sobre sus zapatones claveteados, de punta levantada.

Cobo dividió a los caballeros en dos cuadrillas, que tiraron alternativamente flechas con unos primorosos arcos dorados a la sortija suspendida por una cinta del techo. Los vencedores tenían derecho a bailar con las damas de los vencidos, mientras éstos los habían de seguir dándoles aire con el abanico. Organizóse después otro juego de cintas para las damas.

Cuando suben á las montañas del Tandil, y el Casuhati, por la escasez de caballos, son tan poco expertos en la caza, que se vuelven á sus casas sin cosa alguna, á menos que sus vecinos los Tehuelches no se la den, ó no tengan la fortuna de sorprender algunas cuadrillas de los Peguenches, quienes vuelven generalmente bien provistos.

Las cuadrillas pasaban en coches abiertos, y los bordados de los toreros, reflejando la luz de la tarde, parecían deslumbrar a la muchedumbre, excitando su entusiasmo. «Ese es Fuentes.» «Ese es el Bomba.» Y las gentes, satisfechas de la identificación, seguían con mirada ávida el alejamiento de los carruajes, como si fuese a ocurrir algo y temiesen llegar tarde.

Al mismo tiempo, los españoles, cansados de andar por el mundo en busca de aventuras, nos metimos en casa: ya no hubo más guerras en Flandes ni en Italia; se terminó la conquista de América con el continuo embarque de aventureros, y entonces fue cuando comenzó el arte del toreo, y se construyeron plazas permanentes, y se formaron cuadrillas de toreros de profesión, y se ajustó la lidia a reglas, y se crearon tal como hoy las conocemos las suertes de banderillas y de matar.

Aplaudía la gente, gritaban los más entusiastas y nerviosos, rugía la música, y en medio de este estruendo, que iba esparciéndose por ambos lados, desde la puerta de salida hasta la presidencia, avanzaban las cuadrillas con una lentitud solemne, compensando lo corto del paso con el gentil braceo y el movimiento de los cuerpos.

Por todas las entradas del valle aparecían cuadrillas de facciosos, vestidos de zamarra, cubiertos con la boina blanca o azul y calzados con alpargatas o zapatos rotos. Al anochecer, Elizondo estaba lleno, y aún entraban más.

Palabra del Dia

bagani

Otros Mirando