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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Cuzcuz, pan blanco á comer, Gallinas en abundancia, Y aun havrá vino de Francia, Si vino quieres beber. No te piden lo imposible, Ni trabajos demasiados, Sino blandos, regalados, Dulces lo mas que es posible. Goza de la coyuntura Que se te pone delante, No hagas del inorante, Pues muestras tener cordura.

Quizá no fuese todo sino un poco de esa simpatía que, a modo de limosna, dispensa el poderoso al miserable. El pesimismo, compañero eterno de la desgracia, le dijo que acertaba. ¿Qué otra cosa podía ser? Pero luego la imaginación venció a la cordura y el desvarío del pensamiento se sobrepuso a la mentida frialdad de que Pepe quiso hacer alarde ante propio.

Segismundo había llamado a Guillermina desde la puerta de la alcoba. Allí cuchichearon algo referente a Fortunata, y habiéndole preguntado a la santa su parecer respecto al joven Rubín, la fundadora se expresó de este modo: «Lo último que me ha dicho es el colmo de la sabiduría y de la cordura; pero...». No las tiene usted todas consigo... Ni yo tampoco. ix

Llegó la Tribuna a saber de memoria al capitán de la Bella Luisa, sus hábitos, sus viajes, sus caprichos, y el eterno proyecto de matrimonio, diferido siempre por altas razones de conveniencia, que explicaba Ana con sumo juicio y cordura. Si ella se quisiese casar con algún artista de esos ordinarios, un zapatero, verbigracia, cansada estaría de tener marido; pero ¿para qué?

Convencido de que tan pronto como echen la zarpa a ese caudal, la insensatez de tu padre y la loca vanidad de tu madre han de despilfarrarlo en cuatro días, he procurado dejar a salvo, en beneficio tuyo, cuanto la absurda ley vigente me permite... Pero si he de decirte lo que siento, no fío de tu cordura mucho más que de la de tus padres.

Presentáronle á un literato anciano que no habia venido á aumentar el número de sus pegotes. Esquivaba este la muchedumbre, conocia á los hombres, sabia servirse de ellos, y se explicaba con cordura. Hablóle Babuco con mucho sentimiento de quanto habia visto y leido.

La Fontana es nuestra gritó el Doctrino. Lo mismo ha pasado en Lorencini. Se han marchado esos señores con su orden y su cordura. El campo en nuestro. Convocar á la gente para esta noche. ¡Todo el mundo á la Fontanal! A la Fontana, á las diez. En la sesión preparatoria de la Fontanilla no ocurrió nada de notable.

Responde y entendámonos. Como el ojo de Bermúdez flameaba algo y su hablar era vehemente y su acento un poco duro, Nieves, con estos síntomas y bajo el peso abrumador de tantas y tan delicadas preguntas, quiso responder, pero con la debida cordura, y no supo.

Verdad es que quien ha pasado tres dias en el vientre de una ballena, no gasta tan buen humor como el que ha estado en la ópera, en la comedia, y ha cenado con gente de fino trato. Fin de la vision de Babuco. ó LA CORDURA HUMANA. Pusósele en la cabeza á Memnon un dia la desatinada idea de ser completamente cuerdo: que pocos hombres hay á quien no haya pasado por la cabeza semejante locura.

Aconsejaba un prudente viejo a otro, padre de una doncella, que la recogiese, guardase y encerrase, y entre otras razones, le dijo éstas: Es de vidrio la mujer; pero no se ha de probar si se puede o no quebrar, porque todo podría ser. Y es más fácil el quebrarse, y no es cordura ponerse a peligro de romperse lo que no puede soldarse.

Palabra del Dia

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