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Actualizado: 26 de julio de 2025
Lo justo, lo honrado, hubiera sido no coquetear con él, no atraerle, ni para conquistar su mano con calculadora frialdad, ni para faltar como he faltado. ¡Desdichada! exclamó Beatriz . Aún no sabes las consecuencias tremendas de tu falta. Braulio, por esa falta tuya, cree tener una prueba evidente de la falta que en mí supone: ha visto al Conde, tres noches ha... ¡Dios mío! dijo Inesita.
Ella no se tomó el trabajo de fingir la más leve resistencia, de coquetear con negativas sonrientes acompañadas de ojos aprobadores. Desde que te vi, adiviné que esto iba a ser... y ha sido. Tú pensarás lo que quieras; tal vez me crees más fácil de lo que soy. Pero contigo, ¡para qué fingimientos!...
¡No puedo, no puedo, Pepe! exclamó Ramoncito pasándose la mano por la frente en el colmo de la congoja . Al principio todavía era dueño de mí; podía hablarle con desembarazo y coquetear con otras.... ¡Hoy me es imposible! Así que la tengo delante me aturdo, me atortolo, no digo más que necedades. Si la encuentro de mal humor sobre todo. Cada contestación suya me deja helado.
Ya le he dicho á usted que esas comitivas me parecen muy indecentes, y si esa niña quisiera prestarse á ser escándalo de la Corte, no entraría más en esta casa. Por parte suya, no dudo que consintiera, porque es tan aficionada á coquetear por ahí, que si la dejaran había de estar todo el día en la calle detrás de los hombres. Pero no ... no me hable usted de eso.
Y se puso a coquetear con el teniente, con el gallardo Fernando, que estaba en el balcón, de uniforme, al aire la rapada y morena cabeza, asediando a la niña con la media docena de palabritas galantes que tenía en su repertorio para los casos de conquista.
Suponiendo que el telegrama fuese realmente de miss Dodson, ¿no podía ser una venganza de mujer despechada y celosa?... Raúl había podido ser amable, demasiado amable, coquetear con ella, turbar la imaginación de la pobre muchacha y hacerle acariciar una loca esperanza... De esto a admitir aquella monstruosa acusación... Con todo, los términos eran precisos y formales...
Sería una falta de respeto, pecaría yo de presumido e insolente, si advirtiese a mi padre del peligro que no ve. No hay medio de que yo le diga nada. Además, ¿qué había yo de decirle? ¿Que se me figura que una o dos veces Pepita me ha mirado de otra manera que como suele mirar? ¿No puede ser esto ilusión mía? No; no tengo la menor prueba de que Pepita desee siquiera coquetear conmigo.
Palabra del Dia
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