United States or Christmas Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ana vio al gran Constantino que abría. ¿Qué pasa? Don Fermín... ahí en la sala.... ¡Ah!... me alegro. Entró la Regenta y doña Petronila se fue hacia la cocina, al otro extremo de la casa. «Si llaman, que no estoy», dijo a la criada. Y pasó al oratorio que tenía cerca de su alcoba.

Volvía la Marquesa, toda de negro, de pedir en la mesa de Santa María con Visitación; volvía también Obdulia Fandiño que había pedido en San Pedro, a la hora en que visitaban los monumentos los oficiales de la guarnición; y todas aquellas señoras, en el gabinete de la Marquesa reunidas, escuchaban pasmadas lo que solemnemente decía el gran Constantino, doña Petronila Rianzares, que había recaudado veinte duros en la mesa de petitorio de San Isidro.

Ben Hayyán dice que An-nasír recibió al enviado de Constantino en el pabellon embovedado, lo cual induce á creer que no habia mas que un pabellon con bóveda, que probablemente seria el central, llamado tambien pabellon circular, pabellon dorado, y salon de los califas.

De Constantino adelante, otros objetivos para la vida dirigen la conducta por otros rumbos, pues una nueva concepción del hombre y del mundo, que ha hecho camino en el espíritu de las masas y llegado finalmente a la supremacía política y social, ha invertido todos los valores humanos, descalificando el pensamiento y la acción, la alegría, la salud y la fuerza y exaltando la esterilidad, la tristeza, la suciedad, la enfermedad, y la pobreza, porque el ideal y el destino del hombre han sido magnificados en el bien y en el mal y situados fuera de la humanidad, en un otro mundo que será el inverso del presente.

Y el Lábaro divino, presagio de una gloria verdadera, hizo triunfar, al par que a Constantino la causa santa del que en él muriera. Y tuvo desde allí mejor destino el que un suplicio vil tan sólo fuera, brillando con fulgores celestiales en las mismas coronas imperiales.

En efecto, llegaron al zaquizamí desnudo y frío en que yacía aquella víctima del alcoholismo crónico los enviados de San Vicente de Paúl, que eran doña Petronila, o sea el gran Constantino, y el beneficiado don Custodio, la hija de Barinaga, la beata paliducha y seca, los recibió abajo, en la tienda vacía, lloriqueando.

La de D. Juan 1.º se hizo sin aparato y sin pompa en 1388: pero en cambio su hermano D. Martin en 1399 quiso celebrar la suya con esplendor, siendo tal su empeño, que envió por la espada de Constantino que suponia estar en Palermo, reuniendo además grandes joyas y preséas.

Eran ya las once, y estaba citado a las once y cuarto con el cardenal arzobispo de Toledo: tratábase de un atentado de la canalla gubernamental republicana contra la Iglesia y deseaba él representar en aquel conflicto el papel de Constantino.

La carta tenia un sello de oro de cuatro mitcales de peso, con la imágen del Mesías en un lado, y los retratos de Constantino y su hijo en el otro. Estaba metida en una bolsa de tejido de plata, y esta en una caja de oro con el retrato de Constantino admirablemente esmaltado: todo encerrado en un estuche con funda de seda y oro. Este cementerio estaba en el recinto de los alcázares de Córdoba.

Estos cánticos alternados se introdujeron hacia el siglo II en Antioquía por Ignacio, y posteriormente en las iglesias griegas bajo Constantino, por los monjes Flaviano y Diodoro, extendiéndose por San Ambrosio al Occidente en el siglo IV . Igual y decisiva importancia tiene para nuestro objeto el ciclo de fiestas cristianas, que comprende los cuatro primeros siglos.