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Actualizado: 23 de septiembre de 2025


Entregábale las mesadas, y tenía además el encargo de vigilarle y darle consejos, un hombre de posición humilde y sanas costumbres, bastante viejo, amigo y aun algo pariente de los Miquis del Toboso. Este bravo manchego se llamaba Matías Alonso y era conserje de la casa de Aransis.

Mi madre parecía dormida; su tez estaba coloreada y su respiración era rápida. Yo temí despertarla si la besaba, y me contenté con poner mis labios sobre un extremo de su vestido. Después, me hicieron entrar en la habitación del conserje, que permitió que durmiese con sus hijos; pero yo no pude dormir a causa de mi disgusto y de los ruidos que oía.

Un día de San Francisco no puso colgaduras en los balcones del Casino el conserje. Ronzal, que era ya de la Junta, quiso arrojar por uno de aquellos balcones al mísero dependiente. ¡Señor gritaba el conserje si hoy es San Francisco de Paula! ¿Qué importa, animal? respondió Trabuco furioso . ¡No hay Paula que valga: en siendo San Francisco es día de gala y se cuelga!

Más trabajo le había costado congregar allí a los enconados vecinos de la villa, que tomar un reducto a los carlistas en la acción de Guardamino. No cesaba en toda la noche de andar, mejor dicho, de arrastrarse de un lado a otro, expidiendo órdenes a los criados, al conserje, a la orquesta.

Eran las seis. Pasó por delante del conserje, que le dijo: Señora Hawkins viene usted con mucho adelanto. Aquí tiene su llave. La doncella no ha llegado todavía. ¿Va usted á comer en su cuarto? Lea no respondió y subió la escalera que conducía al primer piso. Siguió un largo pasillo, abrió una puerta y entró en la habitación que le servía de salón de recibo.

La doctora sólo podía habitar un edificio moderno é higiénico. Pero no se atrevía á hacer preguntas y pasaba adelante, temiendo ser espiado desde una ventana. Al fin desistía de su empeño. Chiaia tiene muchas calles, y él vagaba sin rumbo, pues el conserje del hotel no había podido proporcionarle ninguna indicación precisa.

Después de dos horas de marcha, el cochero se detuvo delante de una puerta de reja, flanqueada por dos pabellones que sirven de alojamiento al conserje. Dejé allí la parte pesada del equipaje y me encaminé hacia el castillo, llevando en una mano mi saco de noche, y decapitando con la caña que llevaba en la otra, las margaritas que brotaban en el cesped.

La conserje del chalet se encarga del gobierno de casa, de la compra y aun de guisar: el conserje atiende a la limpieza, corta las ramas del jardinete, guía las enredaderas, barre las calles enarenadas, sirve a la mesa y abre la puerta.

Despertó al recibir en sus ojos la luz de una bujía. La mujer del conserje había subido otra vez para preguntarle si necesitaba algo. ¡Qué noche!... Oígalos cómo gritan y cantan. ¡Las botellas que llevan bebidas!... Están en el comedor. Es preferible que usted no los vea... Ahora se divierten rompiendo los muebles.

Sin que nosotros pudiéramos verlo, porque no habia la necesaria claridad, el conserje cogió un gran tambor que tenia oculto en uno de aquellos rincones, y sacudió en él un fuerte golpe, que aumentado increiblemente por un notable efecto acústico de aquellas bóvedas, produjo el estrépito de que he hecho mencion.

Palabra del Dia

sucintamente

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