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Actualizado: 8 de junio de 2025
Nunca ha producido la mente humana una obra más idealmente generosa. Todo a cuanto los poetas y los filósofos, los publicistas y los tribunos han aspirado para aumentar la libertad del hombre en sociedad, está allí consignado y amparado por la ley. No hay pena de muerte, y el término mayor de presidio a que los jueces pueden condenar a un criminal es el de ocho años.
No es esto condenar el estilo de defender conclusiones públicas, porque el método de las Escuelas de disputar en forma sylogística no lo tenemos por malo, como se prueba en esta Obra tratando del método, sino dar á entender, que se han introducido con este motivo abusos intolerables en el método Escolástico, que purificado y libre de los excesos, es muy á propósito para el exâmen de la verdad.
Todavía no ha llegado para mí la hora de la indulgencia; tengo antes que condenar y que castigar... ¿Estás seguro de lograrlo? Los culpables no pueden escapar; los tengo en mis manos. Me basta presentarme para confundirlos. Su única seguridad consiste en el convencimiento de que no volveré más. Pero si conozco sus crímenes, no sé las razones que tuvieron para cometerlos.
Y como yo no quiero condenar á nadie en más de lo justo, y menos á naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco injuriar al partido absolutista español, diré que alguna explicación y hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos á las modernas libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la primera Revolución francesa.
Además, yo tengo respeto a la familia y no quiero condenar a mi pobre mamá a andar errante por toda la eternidad, como en otro tiempo. Los gemidos de mamá son extremadamente penosos. Debieras estar acostumbrada sin embargo, Francisca. No pareces satisfecha más que cuando gime tu madre. A mi pobre mamá le gusta eso.
7 Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio; y la dádiva corrompe el corazón. 9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque la ira reposa en el seno de los locos. Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría. 17 No seas muy listo a condenar, ni seas loco; ¿por qué morirás en medio del hilo de tus empresas?
Allí, en aquella mano, están todas las recompensas y están todos los castigos; ella tiene la suerte de cada uno, casi como la de Dios; ella puede dar y puede quitar; puede condenar a una eternidad de padecimientos lentos, y puede llevarlo a uno hasta la cumbre en un instante: es la omnipotencia.
En cuanto a los cuadros, había que descolgarlos y limpiarlos por detrás lo mismo que por delante. «Si no tenéis alma, ni un adarme de gracia de Dios les decía , y no os habéis de condenar por malas, sino por puercas». El sábado aquel mandó, como digo, dar cera y brochado al piso de la sala, encargando a Fortunata y a otra compañera que se lo habían de dejar lo mismo que la cara del Sol.
Las pruebas que yo podría presentar contra usted en el tribunal de Asises, lo harían condenar a trabajos forzados por un término de años, ¿me comprende? Voy, por lo tanto, a hacer un convenio con usted: si me promete no molestar más a su esposa, yo guardaré silencio.
Y así, aceleró los trámites de una injusta causa de Estado, despachó correos á la Corte, abultando infamemente los hechos, y la sentencia fué condenar á muerte á los mozos, que tal era la justicia en aquellos tiempos.
Palabra del Dia
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