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Actualizado: 19 de junio de 2025
Muchas veces, antes de hablar, salía al encuentro de su pensamiento, lo adivinaba, cumpliendo las órdenes que el millonario aún no había formulado. Además, el ingeniero tenía sus ideas propias, y las comunicaba con una discreción tan suave, que el principal acababa por creerlas suyas. Cuando Sánchez Morueta le tomó bajo su protección acababa de fundar los altos hornos.
La idea y el propósito de ejecutarla se habían apoderado de él juntamente, dominándole y llenándole por entero. Idea y propósito eran como una llaga estimulante en el cerebro, la cual le dolía y le comunicaba un vigor extraño.
Una tarde, al principio de la primavera, volvían los dos de una tienta de becerros en una dehesa del marqués. Este, con un grupo de jinetes, marchaba por la carretera. Doña Sol, seguida del espada, metió su caballo por las praderas, gozándose en la blanda impresión que comunicaba el almohadillado de la hierba a las patas de las cabalgaduras.
Con los otros capitalistas de la población muchos de ellos compañeros de la juventud, que habían marchado juntos con él en la primera etapa por el camino de la fortuna se comunicaba telefónicamente tuteándose, pero en estilo conciso y seco, como si la riqueza hubiese secado los antiguos afectos.
Los miradores de las dos casas estaban tan próximos, que por ellos se comunicaba doña Bárbara con su amiga, y un toquecito en los cristales era suficiente para establecer la correspondencia. Guillermina entraba en aquella casa como en la suya, sin etiqueta ni cumplimiento alguno.
Al mirarla, afanada, despidiendo de sus dientes y coyunturas un sudor negro y craso, sentía que se le comunicaba el vértigo de ella, y por momentos se suponía también compuesto de piezas de hierro que marchaban a su objeto con la precisión fatal de la Mecánica.
A los pocos minutos sonó en el piso bajo un magnífico piano de cola que el comisario no había podido llevarse por la oposición del general. La voz de éste se elevó sobre el sonido de las cuerdas. Era una voz de barítono algo opaca, pero que comunicaba un temblor apasionado á su romanza. El viejo se sintió conmovido; no entendía las palabras, pero las lágrimas se agolparon á sus ojos.
La hermosa dama estaba en Biarritz, y vino en compañía de unas señoras francesas que deseaban conocer al torero. La vio una tarde. Se fue, y sólo supo de ella vagas noticias durante el verano, por las pocas cartas que recibió y por las nuevas que le comunicaba su apoderado luego de oír al marqués de Moraima.
Cantantes incomparables, que ya han desaparecido, ponían en ella transportes de entusiasmo. El auditorio estallaba en aplausos frenéticos. Aquella maravillosa electricidad de la música apasionada, removía como con la mano, la musa de cerebros pesados o de corazones distraídos y comunicaba al más insensible de los espectadores aires de inspirado.
Con frecuencia comunicaba á Ferragut sus opiniones sobre los nuevos camaradas. ¡Por algo había dicho que se entendería con ellos!... Eran hombres serios y religiosos, y los prefería á los antiguos tripulantes mediterráneos, juradores é incapaces de resignación, que á la menor contrariedad sacaban á Dios al ruedo para afrentarlo con malas palabras.
Palabra del Dia
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