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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Los que tal imaginasen no saben lo que es el amor cuando prende en el corazón de un artista. Timoteo se complace siempre en alimentar este amor con incesantes y secretas meditaciones y gusta de exhalar sus quejas lánguidamente por medio del violín. Presentación lo sabe. Sabe que todos los nocturnos melancólicos, lo mismo que las arias trágicas desgarradoras, a ella van dirigidos.
La de Ribert le echó una mirada escandalizada al verla sentarse con las piernas cruzadas, postura con que la incorregible Francisca se complace en excitar la indignación de las respetables aiglemontesas. La buena señora se calló sin embargo. He encontrado mi alma hermana, Francisca... He... Una imperiosa mirada de la de Ribert me cortó la frase.
Encuentro en él algo nuevo que le preocupa mucho. Parece que ha adquirido en Chambery relaciones con una joven inglesa, con quien tiene deseos de contraer matrimonio, y según cuenta, ella también le quiere; y ambos están resueltos, mediante el permiso de sus padres, a seguir adelante con sus relaciones. ¡Cómo se complace la Providencia en realizar mis más puros deseos!
El duque, en un principio ceremoniosamente obsequioso con la trivial cortesía del caballero que se complace viendo en su casa al personaje del día, pensó luego que bien pudiera serle útil en el porvenir la amistad de aquel hombre nacido apenas a la vida pública, y objeto ya de tantas conversaciones.
A esta hora, perdió L'Ambert la paciencia y les dijo a sus testigos: ¡Ya me está cargando este turco! ¡No contento con haberme birlado a la Tompain, se complace en hacerme pasar la noche en claro! ¡Pues bien, marchemos! Tal vez pudiera creer que tengo miedo de cruzar con él mi acero. Pero marchemos de prisa, si os parece, y tratemos de dejar zanjado el asunto esta misma mañana.
D. Luis se quitó su sombrero, se hincó de rodillas al pie de la cruz, cuyo pedestal le había servido de asiento, y rezó con profunda devoción el Angelus Domini. Las sombras nocturnas fueron pronto ganando terreno; pero la noche, al desplegar su manto y cobijar con él aquellas regiones, se complace en adornarle de más luminosas estrellas y de una luna más clara.
Un alma de temple fuerte y brioso, se exalta y cobra nuevo aliento á la vista del peligro; en el cumplimiento del deber se interesa entónces el orgullo; y un corazon que naturalmente se complace en superar obstáculos, y arrostrar riesgos, se siente mas osado y resuelto cuando se halla animado por el grito de la conciencia.
La naturaleza, no contenta con extasiarnos con sus obras maestras, se complace á veces con admirarnos, ya con sus encantadores caprichos, ya con misterios llenos de alto sentido. ¡De cuántos modos nos llama Dios á adorarle con sus obras! ¡Oid el himno que entonan todos esos susurros, todos esos sonidos que no comprendemos, y que en diferentes tonos, ya graves, ya alegres, ya dulces, ya austeros, difunden el aire, el agua, el fuego, las plantas, todo lo que creemos inanimado.
Hay una necesidad para el hombre de desenvolver sus fuerzas, su capacidad y ambición, que, cuando faltan los medios legítimos, él se forja un mundo con su moral y sus leyes aparte, y en él se complace en mostrar que había nacido Napoleón o César.
¡Valiente charlatana! ¿Y no sabe usted que nos está prohibido responder por nuestro nombre antiguo? Lo sé, pero... ¿Pero qué? Me complace tanto llamarla por ese nombre, que aun a riesgo de incurrir en el enojo de usted... No es en mi enojo, es en un pecado.
Palabra del Dia
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