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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Y la llevó a su tocador y con maternal solicitud le puso en el pecho unos céfiros que ocultaron lo que en realidad no debía mostrarse. La joven procuró disimular su vergüenza achacando la falta a la modista. No obstante se sintió tan humillada por aquella lección y por la sonrisa compasiva que la acompañó, que nunca más pudo ver desde entonces a la devota marquesa.
Regalado se fingía enamorado profundamente de sus gracias, la seguía, la requebraba y á veces le daba también serenata á la puerta de su casa con la flauta, pues era diestro tañedor de este instrumento. Maripepa había llegado á creer en su pasión, y aunque no la alentaba, porque el mayordomo de D. Félix era casado, la agradecía mostrándose con él afectuosa y compasiva.
El pobre muchacho, con las manos en los bolsillos y la cabeza caída sobre el pecho, no dijo una palabra. El comandante, después de contemplarle unos momentos con expresión compasiva, le puso blandamente la mano sobre la espalda y le preguntó, con esa aspereza cariñosa, tan propia de los hombres que han educado sus afectos entre los rigores de la ordenanza militar: ¿Duele, amigo?
Trujéronle allí su asno, y, subiéndole encima, le arroparon con su gabán. Y la compasiva de Maritornes, viéndole tan fatigado, le pareció ser bien socorrelle con un jarro de agua, y así, se le trujo del pozo, por ser más frío. Tomóle Sancho, y llevándole a la boca, se paró a las voces que su amo le daba, diciendo: ¡Hijo Sancho, no bebas agua! ¡Hijo, no la bebas, que te matará! ¿Ves?
De la voluntad de usted depende que yo me muera o me cure. Muy extremoso me parecía el dilema que don Pepito me ponía. Algo, no obstante, podía tener de cierto. Siempre fui compasiva y el tal dilema me atribulaba.
D. José Hualte, en presencia de lo más calificado del acompañamiento, les propuso a los Reos, con tal viveza de razones, gravedad de estilo, solidez de textos sagrados, energía valiente y acrimonía poderosa y compasiva, la miseria, fealdad, horror y abominación de sus crímenes singulares, que pudiera serles aquella reprensión el más penoso castigo a no templársela quien se la daba, en su más dulce y saludable medicina.
Clori, en tanto, amistosa y compasiva, Quiere que el zagal viva, Mas amarle no quiere; Antes, dicen que piensa dar su mano Á un rabadán anciano. Con celos el zagal su pena aumenta, Y así en la selva oculto se lamenta: ¡Tú no sabes de amor, encanto mío! ¡Ah! Tu ignorancia virginal te engaña.
O ponme una señal, por do se entienda Que soy hechura tuya y de tu casa: Y asi no havrá ninguno que me ofenda. Vuelve la vista, y mira lo que pasa, Fue de Apolo enojado la respuesta, Que ardiendo en ira el corazon le abrasa. Volvila, y vi la mas alegre fiesta, Y la mas desdichada y compasiva, Que el mundo vió, ni aun la verá qual esta.
Doña Manolita suspiraba, acariciaba a doña Luz, la miraba compasiva, la escuchaba muy atenta, y se callaba. Por último, se le ocurrió decir: Pero ¿qué desesperación es la tuya? ¿No ponías en tu billete que deseabas la vida? ¿No me hablabas de una esperanza? Sí: la tengo contestó doña Luz . Por ella, sólo por ella no me he muerto.
Y sin aguardar más, con la venia de su madre, que ya tenía, bajó la escalera y se fué á la casa inmediata. La sobrina del Comendador tenía tan alegre carácter como su tío. Era, por naturaleza, tan optimista como él. Casi todo lo veía de color de rosa; pero, compasiva y buena, tomaba pesar por los males y disgustos de los otros, si bien procurando más consolarlos ó remediarlos que compartirlos.
Palabra del Dia
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