Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de junio de 2025


Pepa pretendía padecer de cierto mal de corazón que sólo se le calmaba comiendo. Pocos minutos después de salir ambas amigas del comedor, Clementina dió las órdenes oportunas y el buffet se abrió solemnemente. Las personas reales entraron primero acompañadas de su servidumbre y de los amos de la casa. Salabert había echado el resto en la cena.

Mario y Carlota no dejaban de aprovechar los momentos que aquél tenía libres para solazarse, unas veces yendo a paseo, otras al teatro, otras, en fin, comiendo en los restaurants. Era tanto lo que se placía el escultor en estos festines matrimoniales que Carlota consentía en ellos de buen grado, aunque no le gustasen por espíritu de orden y economía.

Era el descanso después de la pelea por doblar el cabo, la alegría de existir luego de haber sentido el soplo de la muerte, la vida en los cafés y las casas alegres, comiendo y bebiendo hasta la hartura, con el estómago lastimado aún por la alimentación salitrosa y la piel martirizada por los furúnculos del mar.

En efecto, se bailó sentada en la misma silla del Príncipe; y, ya autorizada por la voz, se puso a comer con un apetito extraordinario, que la novedad y lo exquisito de la comida hacían mayor aún, y comiendo se quedó profundamente dormida. Cuando despertó, era muy de día. Abrió los ojos, y se encontró en medio del campo, tendida al pié del árbol donde había querido comerse la naranja.

Del gran Carlos las armas le pusieron Y posesion por él allì tomando, Y luego su viage prosiguieron, Y en el puerto de Vera le encerrando, Bien comiendo alegres estuvieron. Continuò por la playa mariscando, Que hay en aquel puerto grande suma De hermosos pescados como espuma.

Pues como le digo, estaba comiendo, no en la taberna precisamente, sino en una piececita contigua donde suelen servir a los parroquianos que quieren estar solos. Esta habitación tiene una ventanilla al camino, y por ella vi que se detenía un coche de punto frente a la taberna y que bajaba de él ese pintor amiguito de usted... ¿Núñez? , señor.

No, pues yo te quería decir de que... allí... como ya tengo aprendido el oficio... es decir, vamos, que quedándome las herramientas por lo que me debía tu padre de soldada... allí, yo, como ya en la quinta del mes pasado libré... y como vamos.... ¿Acabarás hoy o mañana? Habla expedito, que parece que estás comiendo sopas.

Para esperar al guarda que ha de venir en nuestra busca, entramos en el Mas-de-Giraud, una antigua granja de los señores de Barbentane. En la cocina alta, y alrededor de una mesa están todos los hombres de la hacienda, labradores, viñadores, pastores, zagales, graves, silenciosos, comiendo despacio, servidos por las mujeres, quienes comerán después. No tarda el guarda con la carretilla.

Esto no tiene vuelta de hoja, Martínez... Los ingleses devoran, los alemanes zampan, los italianos comen, los españoles se alimentan; pero sólo los franceses gozan, y ahí está el quid, Martínez: en gozar, en gozar comiendo. ¿Me entiende usted?

Extraños y en gran manera interesantes le parecían todos aquellos variados incidentes de su jornada. Las pocas horas pasadas desde que abandonó el apacible claustro le habían procurado más emociones que un año de vida en Belmonte. Se le hacía increíble que el fresco pan que iba comiendo con placer fuese reciensalido de los hornos de la abadía.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando