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Veamos el tipo. Bindoy es un fornido muchachote de veinte años, su padre Cabezang Juan y su madre Cabezang María, son dos honrados seres que tienen cuatro cavanes de regadío, quinientos, cocos, algunas vacas y dos carabaos aradores que labran la tierra, en la que se levanta el hogar donde nació Bindoy.

Cuando dicho individuo que se cree una eminencia, y que lleva en el país veinte años, no conoce ni aun el nombre de una de aquellas islas, los demás no están en el caso de saber que hay limones en Tinian, cocos en Pagan, y venados en Saipan.

no has venido aquí a hacer cocos a las muchachas, me entiende usted, sino a robustecerte... Yo no te digo que hagas vida de fraile; cada edad pide lo suyo.

A cambio de telas, cabillas de hierro y opio, adquieren café, cacao y arroz, todo de calidad excelente que exportan á otras islas del Archipiélago. Agricultura. Los frutos que dejamos mencionados, los cocos y demás para el consumo, se cultivan en su mayoría en el terreno ocupado por los moros, y sólo una pequeña parte del arroz y cocos en las inmediaciones de los puntos militares.

Hállase allí la vainilla y tutumas, que es una especie de cocos grandes á manera de melones, bien que no es fruto de la palma como los cocos, sino de un árbol muy grueso que los produce, no en las ramas, sino en el tronco porque las ramas no puede sustentar su peso. Bañan el país algunos ríos muy abundantes de pesca; el terreno es fertil y las mieses generalmente son buenas.

Bosques inmensos de altísimos cocos, pendientes lomas cubiertas de entrelazadas rimas, dilatados campos salpicados de algodoneros, cageles y limoneros admirábamos por doquier. El barco acortó vela manteniéndonos fuera de fondo esperando práctico, mas esperamos una hora y otra, y ni el práctico ni el pequeño fuerte que domina la entrada del canal daban señales de vida.

Se halla sobre el río Olla, basado sobre dos montes y cuyo arco tiene sobre noventa piés de cuerda, sin haber usado más amarras ni maderas para la formación de la colosal cimbra que bejucos, cañas, cocos y bongas; entrando en su construcción solo argamasa; su único ojo mide de luz cincuenta y dos pies de alto por cuarenta y ocho de ancho, construcción casi milagrosa, por lo cual sin duda alguna el arquitecto mayor de Filipinas en su informe al Superior Gobierno, fechado en 7 de Diciembre de 1852 decía entre otras cosas lo que literalmente copiamos

Se ven en los bosques árboles gigantescos y de un follage el mas variado: distínguense allí entre los motacúes y otras plantas conocidas, unas hermosas palmas, llamadas de rosario , por servir sus cocos para hacer cuentas de rosarios. Esta palmera, cuyo tronco liso y derecho está coronado de grandes hojas graciosamente arqueadas, es sin disputa una de las mas elegantes.

Una vez tomada la competente altura, navegamos entre la costa de Pagbilao que teníamos á estribor, y la islita de Patayan que cual un canastillo de verdura se nos mostraba á babor. En la playa de Patayan llamó nuestra atención una solitaria y alegre casita que se divisaba entre un grupo de cocos.

Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de través, haciendo un cruzado al son de su misma confusión , y el piélago racional de Madrid a sembrarse de ballenas con ruedas, que por otro nombre llaman coches, trabándose la batalla del día, cada uno con disinio y negocio diferente, y pretendiéndose engañar los unos a los otros, levantándose una polvareda de embustes y mentiras, que no se descubría una brizna de verdad por un ojo de la cara , y don Cleofás iba siguiendo a su camarada, que le había metido por una calle algo angosta, llena de espejos por una parte y por otra, donde estaban muchas damas y lindos mirándose y poniéndose de diferentes posturas de bocas, guedejas, semblantes, ojos, bigotes, brazos y manos, haciéndose cocos a ellos mismos. Preguntóle don Cleofás qué calle era aquélla, que le parecía que no la había visto en Madrid, y respondióle el Cojuelo: