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Actualizado: 19 de junio de 2025


Elena se mostró indignadísima ante aquella superchería y para castigarla le dio unos cuantos pellizcos y le tiró del bigote con refinada crueldad. Pero entonces, ¿por qué comenzaba a apoyar la cabeza en su pecho? ¿Por qué no se mantenía derecha? Porque hablo mejor así, antipático. ¿No comprendes que tengo la boca más cerca de tu oído? Sin embargo cada vez hablaba menos.

Pero está, está... y nos mira... respondía el jesuita acariciándole afablemente las manos heladas . Basta de delirio.... ¿No ve usted cómo empieza ya a castigarla?

El cinismo de Eulalia que confiesa con orgullo su falta moviendo a Ignacio a castigarla brutalmente en un acceso de ira, da lugar a una escena bien trazada aunque de rudo naturalismo, el cual resalta más por la cuestión de ambiente, por la elegantísima mise en scène en que ocurre.

Puede usted creerlo, porque es exacto dijo Amalia interrumpiéndole. El barón quedó parado y confuso. Al cabo prosiguió: Es posible que usted tuviera razón para castigarla, pero me duele en el alma... Amalia volvió a interrumpirle: Y a me duele mucho ese dolor que usted siente. Mi objeto al venir aquí manifestó el barón, que por momentos iba perdiendo su aplomo, era prevenir a usted... ¿Cómo?

Que porque el Imperio tuviese un enemigo menos. Así disculpa Pachimerio esta maldad; pero ya que Miguel expresamente no fué Autor de esta muerte, pero por lo menos la consintió, y dejó de castigarla, con que se hizo participante del delito.

Si Alejo Zakunine quería castigar a la Condesa por el amor que profesaba a Vérod, y si la nihilista quería castigarla del amor que el Príncipe la profesaba, la complicidad perversa de los dos quedaba demostrada. Otros iban más lejos, pues al saber que el Príncipe se encontraba en dificultades de dinero, sostenían que los dos rusos habían muerto a la Condesa por robarla.

Era rogarle que, ya que ha tenido la caridad, según me han manifestado, de recoger esa desgraciada criatura expósita, continuase su buena obra protegiéndola, amparándola, educándola... y cuando tuviese necesidad de castigarla lo hiciese con clemencia, pues la pobre es una criaturita tierna y débil, y los golpes pudieran concluir con su vida...

Y aquí paró en seco. Hasta le pareció á Roseta que se mordía nerviosamente la lengua para castigarla por su atrevimiento, y se pellizcaba en los sobacos por haber ido tan lejos. Caminaron mucho rato en silencio. La muchacha no contestaba; seguía su marcha con el contoneo airoso de las hilanderas, la cesta en la cadera izquierda y el brazo derecho cortando el aire con un vaivén de péndulo.

Pero el tronco caerá: ese es mi afán, esa es mi locura.... Bien sabes que la infame añadió expresándose con mucha rapidez en voz baja , lejos de corregirse, progresa horriblemente en el escándalo.... Me han dicho que también la desprecias.... Pues bien, unámonos para castigarla.... Merece la muerte.... Castiguémosla y después... después seremos hermanos.

Palabra del Dia

rigoleto

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