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Actualizado: 13 de junio de 2025
Pero el ilustre Momaren quedó herido para siempre después de esta traición, y muy pocos le han visto sonreir. El dolor es el agua que riega los jardines de la poesía y hace crecer sus árboles más lozanos. Como usted notó durante la lectura de sus versos, este gran poeta sólo canta armoniosamente al recordar sus dolores.
«Yo estaré todo lo condenada que usted quiera... pero es mi idea; con esta idea me iré al Infierno, al Cielo o a donde Dios disponga que me vaya... Porque eso de que yo sea mala, muy mala, todavía está por ver». La santa la miraba con verdadero espanto. Fortunata parecía estar fuera de sí y como el exaltado artista que no tiene conciencia de lo que dice o canta.
No quisiera hablar mal de éste, visto que Aquel que nos ha puesto en él sabe algo más que nosotros; pero cuando se piensa en la embriaguez y en las riñas, así como en las enfermedades y en las angustias de los moribundos cosas que he visto tantas y tantas veces , complace oír hablar de una mansión más feliz. El niño canta bien, ¿no es verdad, maese Marner?
.........aunque su musa en verso canta, Escribe la verdad de lo que ha oido Y visto por sus ojos y servido.
Mucho me dieron que reír los articulitos de Porras, quien, bajo el seudónimo de «Canta Claro», hizo gala de sus saberes y dió cada felpa a los ardorosos discípulos de Allán-Kardec, que Dios tocaba a juicio.
Su individualidad desaparece á sus propios ojos; siente la armonía que preside al conjunto inmenso de que forma una pequeñísima parte: en aquellos momentos solemnes, es cuando el genio canta inspirado las grandezas de la creacion, y levanta una punta del velo que cubre á los ojos de los mortales el esplendente solio del supremo Hacedor.
Más, mi bien, merecéis vos. ¿No es esto verdad? ABIND. ¡Ay, triste! JARIFA. Canta, amiga. ZARO. ¿Qué diré? JARIFA. ¿Qué extremo es ése? ¿Qué fué? CELIND. Di aquella que ayer dijiste. JARIFA. Cualquiera podréis decir. Mandadlos, señor, sentar. ABIND. Sentaos. JARIFA. ¡Tanto suspirar! ABIND. ¡Ay que estoy para morir! Canten.
Vuelve después conducido en brazos de la diosa Quipoci, en cuyo seno descansa y duerme, mientras ella canta; y aunque la oyen no se deja ver de ellos, porque se está retirada dentro del tabernáculo. Hacen todos mucha fiesta en señal de grande alegría por su venida y la tratan como Madre de Dios, de la manera que nosotros á la Virgen Santísima.
Aquí se canta, se baila, se reza, se siega la míes, se recoge y se patina. La operacion de patinar duró arriba de cinco ó seis minutos, y el público unánime aplaudió á toda orquesta. Es verdad que patinaron maravillosamente; pero mientras que corrieron patines, yo vi correr patines; pero no vi la ópera. En resumidas cuentas, la ópera fué acaso lo que menos aplaudió el auditorio.
Pero no me digáis nada por ahora, que no quiero perder, por acudir a vuestro sobresalto, el gusto que recibo de oír al que canta; que me parece que con nuevos versos y nuevo tono torna a su canto. -Sea en buen hora -respondió Clara.
Palabra del Dia
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