Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de agosto de 2024


Para rodar por la arena, con los calzones rotos, manchado de sangre y de boñiga, había que pagar el valor de los asientos de la plaza, encargándose el mismo diestro o su representante de colocar los billetes.

En cuanto al cuchillo, ninguno de sus peones lo cargó jamás, no obstante que la mayor parte de ellos eran asesinos perseguidos por la Justicia. Una vez él, por olvido, se ha puesto el puñal a la cintura, y el mayordomo se lo hace notar; Rosas se baja los calzones y manda que se le den 200 azotes, que es la pena impuesta en su estancia al que lleva cuchillo.

También capote y calzones Y un bonete colorado, Capote y calza á montones... Los trompeteros, porque á veces servían de heraldos, se vestían con más delicadeza; calzas rojas, justillo con mangas perdidas y el escudo de armas reales bordado sobre el pecho, gorra de paño. Oviedo refirió, que sentido el Almirante de las pesquisas de Aguado, vistióse de pardo como fraile e dejóse crescer la barba.

¡Hiciste bien en llamárselo, hija mía! ¿Quién es ella para ponerse a jugar contigo? exclamó, en un sincero arranque de soberbia, la mujer de Simón . Y si después de esto no saca tu padre al suyo los ojos, o el dinero que le debe, te digo que no tendrá sangre ni vergüenza. ¡Miserables! ¡Tras de que si no fuera por uno, se morirían de hambre!... ¡Y todavía hemos de andar aquí en contemplaciones, pedriques y gazmoñerías, para hacer lo que nos la gana de nuestra hacienda! |Ah, si yo tuviera los calzones!...

La muchedumbre se derramaba por los alrededores de la capilla en pintoresca y agradable confusión. Los vivos colores de los pañuelos y delantales resaltaban prodigiosamente sobre el terciopelo negro de los dengues y faldas de estameña, lo mismo que las chaquetas verdes y amarillas de los hombres lucían sobre los calzones negros de pana.

Su casaca, su chupa, sus calzones y medias de seda no tenían una mancha, y si tenían alguna rotura, ésta se hallaba diestra y primorosamente zurcida. Gastaba peluca con polvos y coleta, y lucía muchos dijes en las cadenas de sendos relojes que llevaba en ambos bolsillos de la chupa.

Una vez así crucificado le soltaron el botón de los calzones, que cayeron á los pies, sirviéndole de grillos. Y riendo de la gracia y dirigiéndole groseros sarcasmos, siguieron hacia Lorío, dejándole en medio del camino en tal triste y bochornosa disposición. Era punto menos que imposible caminar de aquel modo.

Seguían pasando en dirección opuesta los trenes militares. En la estación de Burdeos, la muchedumbre civil, pugnando por salir ó por asaltar nuevos vagones, se confundía con las tropas. Sonaban incesantemente las trompetas para reunir á los soldados. Muchos eran hombres de color, tiradores indígenas con amplios calzones grises y un gorro rojo sobre el rostro negro ó bronceado.

«Es un gañán dijo Encarnación examinándole la ropa con tanta severidad coma un juez que interroga al criminal ante el cuerpo del delito... .Ya me ha roto los calzones... Ya verás, Holofernes, ya verás». Turbado por la presencia y los cariños de su hermana, a quien no conocía, Mariano no despegaba sus labios. La miraba con atención semejante a la estupidez.

Al pobre chico se le cayeron las alas del corazón cuando observó el desmedido lujo que allí reinaba, comparándolo con su pobreza, sus pies desnudos, sus calzones sujetos con un tirante y su chaqueta cortada por los codos. «Ya adivino lo que piensas manifestó la Princesa con disimulo. Tu traje no es el más conveniente para una fiesta como la de esta noche. En rigor, de verdad, no estás presentable.

Palabra del Dia

allanaba

Otros Mirando