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Actualizado: 8 de mayo de 2025


Paece que tengo toa la mar metida en ellos; y á más á más, se me ha saltao el botón de la cintura. ¡Arríelos, puño! ¡Tiña, que no puedo! ¿Por qué? Porque esta mañana se me rompió la cinta del escapulario, y le guardé en la faldriquera. ¿Y qué? Que si arrío los calzones, se va á pique con ellos la Virgen del Carmen . ¿Y qué que se vaya, hombre, si no es más que la estampa de ella?

La fotografía reproducirá los calzones rotos, la astrosa camisa y la arrugada y curtida faz del viejo marinero santanderino; pero sólo el señor Pereda sabe crear a Tremontorio, reuniendo en él los esparcidos rasgos, infundiéndole con potente soplo vida y alma, y dando un nuevo habitador al gran mundo de la fantasía.

Y la mujerona, que tenía cierto afecto á los tres hijos de Batiste porque pagaban todos los sábados, agarró de una mano al «señor de Borrull», el cual salió de la escuela balanceándose sobre las tiernas piernecitas, llorando todavía del susto y enseñando algo más que el faldón por la abertura trasera de los calzones.

Llevar los calzones rotos y predicar al vecino para que le cosan las roturas de los suyos antes que vayan a más, es de todos los días. Tiene la mujer tullida, y la deja desamparada muy a menudo por asistir a un enfermo extraño... y por cierto que es un enfermero admirable.

Y don Pablo, que no tenía calzones para hacerse respetar, contestaba que eso era muy natural: la juventud necesita expansión, soltura; si se le cierra la puerta, se escapa por la ventana, o por el tejado, el cañón de la chimenea o el ojo de la llave; la cuerda que se ha mantenido tirante al joven, el viejo se encarga de aflojarla más tarde, y es peor, muchísimo peor.

Ya tienes otro siete en los calzones que te remendé ayer. ¿Qué has hecho de la perra gorda? ¿Te has comprado más caramelos en la cantina?... Pero mire usted, don Isidro, ¡qué sucio y qué hermoso! ¡Guarro!... ¡Cochinote!... ¡Ham!... ¡ham! Deja que te muerda esos hocicos de cerdo de leche.

¡Cómo se conoce que usted escupe en corro con la canalla! ¿Y cómo están sus mercedes del estómago? ¿Se han hecho al fin al vino de España? Y el Gran Duque de Berg, ¿cómo anda de sus calenturas? ¿Hay mieditis? Porque yo tengo para mi que si a esos señores se les caen los calzones es porque, como dijo el otro, al que mal vive, el miedo le sigue.

Me darás unos calzones. La cosa es que, verás... calzones no he comprado ninguno. Me contraría mucho; pero, en fin, me darás dos camisetas. Tampoco, porque yo creo que la camiseta es una prenda superflua, y no he comprado ninguna. Bueno, hombre. ¡Al menos, me darás una camisa! Chico, la verdad, no puedo darte una camisa... entera. ¿Eh? Villaespesa desenvolvió su lío.

Segun exponen los indios, usan sombrero, chapa larga, camisa, calzones bombachos, y zapatos muy grandes. Los que andan entre los indios regularmente estan vestidos de coletos, y siempre traen armas. Los indios no saben si usan capa, porque solo los ven fuera del muro á caballo; se visten de varios colores; son blancos, barba cerrada, y por lo comun de estatura mas que regular.

El bastón de roten y las enormes rodilleras de los calzones le acababan de caracterizar. Era hombre muy humorístico y tenía una baraja de chistes referentes al tiempo.

Palabra del Dia

hociquea

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