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Actualizado: 20 de junio de 2025
Entre los pocos que fueron compuestos en sus últimos años, brilla La Arcadia, por la bella claridad de su estilo y por los atractivos de sus cuadros, así de la naturaleza como del sentimiento; pero el interés dramático es escaso, á semejanza de los dramas pastoriles italianos, que les sirven de modelo.
Pero si brilla y descuella intelectual y físicamente entre sus compañeros, los hijos de familia de la fofa aristocracia del lugar miran por encima del hombro al hijo de la cómica. ¿Cuánta no ha de haber sido la hiel que tuvo que devorar este sér exquisito, humillado por un origen del cual en días posteriores habría orgullosamente de gloriarse?
Hasta en lo más bajo de nuestra tierra de corrupción brilla algo de la luz divina, como tal vez, en medio de las tempestades, un rayo de sol rasga las negras nubes y se quiebra y riela en las ondas fugaces del mar alborotado.
Á la derecha del priorato se destaca la torre parda y cuadrada del castillo en la eminencia, y aun á esta distancia me parece distinguir en la bandera que allí ondea el rojo corzo de las armas de Monteagudo. Rojo en campo blanco, dijo Roger, pero no sé si es corzo, león ó águila. ¿Qué es aquello que brilla sobre el muro? En la almena, debajo de la bandera.
Id... su seno palpita... su ojo brilla, y el viento levanta su negra cabellera y deshoja su guirnalda de flores; después, murmuraréis a su oído: Amor mío... cuán dulce me será respirar esta noche a tu lado el perfume de los almendros... Y ella se lanza más vivamente aún, y su brazo os ha oprimido tan fuertemente que habéis sentido su corazón brincar bajo su mantilla.
¡Cuántas visitas le hace la intranquila esposa que aguarda la vuelta de su marido! Al anochecer, y también á media noche, la hallaréis allí sentada, aguardando y pidiendo que la bienhechora luz que brilla en lo alto traiga al ausente, lo conduzca á puerto con seguridad. Con justicia, los antiguos honraban el altar de los dioses salvadores del hombre en sus piedras sagradas.
Yo te conozco, Ester; pues veo la señal que te distingue entre todas las demás. Todos podemos verla á la luz del sol; pero en las tinieblas brilla como una llama rojiza. Tú la llevas á la faz del mundo; de modo que no hay necesidad de preguntarte nada acerca de este asunto. ¡Pero este ministro!... ¡Déjame decírtelo al oído!
Tal es el sentimiento que experimentamos al contemplar alguna belleza tranquila y majestuosa del cielo y de la tierra, un planeta que brilla apaciblemente, un rosal en plena floración o bien la bóveda formada por los árboles encima de un sendero silencioso. Los ojos azules, muy abiertos, miraban los de Godfrey sin ninguna timidez ni signo de reconocerle.
Y, madre, dijo también que esa letra escarlata que tú tienes es la señal que te puso el Hombre Negro, y que brilla como una llama roja cuando lo ves á media noche, aquí, en este bosque obscuro. ¿Es verdad, eso, madre? ¿Y es verdad que tú vas á verle de noche? ¿Te has despertado alguna vez sin que me hayas visto junto á tí? le preguntó Ester. No lo recuerdo, dijo la niña.
A la muerte no temo: ¿qué es la muerte sino el almo principio de otra vida...? Queda frío en la tierra el cuerpo inerte y vuela el alma que en el cuerpo anida. Vuela el alma a los cielos y en la altura es encendida chispa, es un fulgor, y cuando brilla, desprendida y pura, va a postrarse a las plantas del Señor.
Palabra del Dia
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