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Actualizado: 1 de julio de 2025
Tras una esquina, a lo lejos, surgió una humareda de teas; era la turba. Loco de espanto, apreté los talones a los ijares del animal y corrí a lo largo de la muralla que se extendía como una vasta cinta negra furiosamente desenrollada. De repente vi una brecha, un boquete erizado de espinas y zarazas, y fuera la planicie que bajo la luna tenía la apariencia de una gran charca de agua dormida.
Con la muerte de esta pobre bestia creía Teresa que iba á quedar abierta una brecha en la familia por donde se irían otros. ¡Señor, que la engañasen sus presentimientos de madre dolorosa; que fuese sólo este sufrido animal el que se iba; que no se llevase sobre sus lomos al pobre chiquitín camino del cielo, como en otros tiempos le llevaba por las sendas de la huerta agarrado á sus crines, á paso lento, para no derribarlo!
Bajo el arco grandioso de la Estrella, De estéril gloria monumento audaz, Pensaste en los principios fecundantes Que al mundo reveló la libertad, Y en la palabra que batia en brecha Cuatro tablas que alzó la vanidad.
Los grandes casi siempre van serios y bien compuestos como los estudiantes alemanes. Plácido seguía el paseo de Magallanes para entrar por la brecha antes puerta de Sto. Domingo, cuando de repente recibió una palmada sobre el hombro que le hizo volverse inmediatamente de mal humor. ¡Olé, Penitente, olé, Penitente!
Dió algunas excusas, empujó por un lado, abrió brecha por otro; pero aun así no consiguió verse completamente libre, porque el barbero, echándole el brazo por encima y hablando en voz baja con la actitud y tono confidencialmente misterioso que cuadra á dos grandes hombres al comunicarse una idea que ha de salvar al mundo, dijo: Yo, señor don Lázaro, tengo todo este barrio por mío. ¿A usted le han dado órdenes para que mande aquí?
Otra brecha mayor aún acababa de abrir la muerte en su corazón. Cuando llegó á lo más alto se detuvo, apoyó los codos en la paredilla y metiendo la cabeza entre las manos permaneció largo rato en contemplación extática, con los ojos secos y fijos mirando quizás más á su alma dolorida que al cuadro que tenía delante. Una mano le tocó suavemente en el hombro.
Mas desgraciadamente para Perico, los baños de mar, que al pronto aliviaron a su hermana, concluyeron, cuando abusó de ellos y quiso nadar y meterse en dibujos, por abrir brecha en su débil organismo, y comenzó a cansarse otra vez, a despertar bañada en sudor, a sentir desgano, al par que comía vorazmente raros manjares. Lo que más la asustó fue ver que se le caía el pelo a madejas.
En Montevideo, pues, se asociaron la Francia y la República Argentina europea para derrocar el monstruo del americanismo hijo de la Pampa; desgraciadamente, dos años se perdieron en debates, y cuando la alianza se firmó, la cuestión de Oriente requirió las fuerzas navales de Francia, y los aliados argentinos quedaron solos en la brecha.
Temía por la vida de su capitán, mientras él continuaba de pie, ofreciéndose á los disparos de los enemigos. Ferragut marchó de un lado á otro, maldiciendo su falta de medios para responder á la agresión. «¡No le ocurriría otra vez!... ¡No se divertirían más dándole caza!» Un segundo proyectil abrió otra brecha en la popa... «¡Mientras no sea en las máquinas!», pensaba el capitán.
Como ramilletes de fuego saltaban las aves, é intentaban volar ardiendo vivas. Se desplomó un trozo del muro hecho de barro y estacas, y por la negra brecha salió como una centella un monstruo espantable. Arrojaba humo por las narices, agitando su melena de chispas, batiendo desesperadamente su rabo como una escoba de fuego, que esparcía hedor de pelos quemados. Era el rocín.
Palabra del Dia
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