Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de julio de 2025
En suma: ya con la tolerancia, ya con el beneplácito de don Braulio, doña Beatriz e Inesita, desde aquella noche en adelante, siguieron yendo con frecuencia a la tertulia de la Condesa de San Teódulo y siendo su más preciado ornato y atractivo. Rosita, además, las llevaba a veces en su compañía, ya al teatro, ya a los Jardines, ya al paseo, ya a comer en su casa.
¡Por San Pedro! exclama, dando una voz, Braulio, difundida ya sobre sus facciones una palidez mortal, al paso que brota fuego el rostro de su esposa. Pero sigamos, señores, no ha sido nada añade, volviendo en sí.
La diferencia está en que nosotros sabremos la causa en el capítulo siguiente y don Braulio se quedará a obscuras y cavilando. Todas las presentaciones se hicieron con las ceremonias debidas, según la liturgia de la sociedad elegante.
Es preciso. Tiene V. que decir algo, claman todos. Désele pie forzado; que diga una copla á cada uno. Yo le daré el pie: Á don Braulio en este día. Señores, ¡por Dios! No hay remedio. En mi vida he improvisado. No se haga usted el chiquito. Me marcharé. No se sale de aquí sin decir algo. Y digo versos por fin, y vomito disparates, y los celebran, y crece la bulla y el humo y el infierno.
Sus argumentos eran, en verdad, difíciles de rebatir. Para todo tenía respuesta. La Condesa de San Teódulo tiene mala reputación decía don Braulio. Será una calumnia contestaba Beatriz. ¿Y si lo que se dice contra ella es fundado? Entonces... ¿qué se le ha de hacer? A bien que no es enfermedad contagiosa.
En suma, Inesita daba por evidente que lo mejor que don Braulio podía haber hecho era matarse.
Don Braulio leyó la carta una, dos, hasta tres veces, como quien no se entera bien, como quien no da crédito al testimonio de sus sentidos, como quien duda aún de si es realidad o si es una pesadilla o un delirio lo que percibe.
Beatriz hizo un gesto gracioso que nada significaba. Y luego añadió la Condesa , ¡si vieras qué bueno es, y qué sencillo y qué caballero! Nada dijo Beatriz tampoco para corroborar estas alabanzas. Llegó en esto el Conde, y la de San Teódulo le presentó sucesivamente a Beatriz, a su hermana y a don Braulio.
Don Braulio era quien siempre escribía a Paco y le daba nuevas de la salud de todos. ¿Qué habrá ocurrido? ¿Qué novedad será ésta? pensó Paco . ¿Estará enfermo Braulio? ¿Por qué me escribe Beatriz?
Don Braulio, no obstante, era una de aquellas criaturas en quienes toda emoción grata dura poco, a quien acude súbito la idea triste que envenena dicha emoción. «Mas ¿por qué se decía soy yo el que ella ama, el único dichoso, el dueño del tesoro, el que tiene la llave de su corazón? Por una casualidad, primero: por haberla hallado en un lugar donde nadie había que compitiese conmigo.
Palabra del Dia
Otros Mirando