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Actualizado: 30 de abril de 2025
Una mañana, dos días después de la visita de Ido, Blas avisó que en el recibimiento estaba el hombre aquel de los pelos tiesos. Quería hablar con la señorita. Venía muy pacífico. Jacinta fue allí, y antes de llegar ya estaba abriendo su portamonedas.
El año de la Revolución, compró Torquemada una casa de corredor en la calle de San Blas, con vuelta á la de la Leche; finca muy aprovechada, con veinticuatro habitacioncitas, que daban, descontando insolvencias inevitables, reparaciones, contribución, etc., una renta de 1.300 reales al mes, equivalente á un siete ó siete y medio por ciento del capital.
Ahora nos toca decir, con la misma fórmula que emplea el mencionado cronista de la casa, que Carlos V se estableció definitivamente en ella el día de San Blas de 1557, y murió el día de San Mateo de 1558, de modo que permaneció allí, haciendo hasta cierto punto vida de anacoreta, un año, siete meses y diez y ocho días.
Ya sabes que no recibe dijo la señorita, y tomando de manos de Blas una tarjeta que este traía leyó: José Ido del Sagrario, corredor de publicaciones nacionales y extranjeras. Que entre, que entre al instante ordenó Santa Cruz, saltando en su asiento . Es el loco más divertido que puedes imaginar.
El Círculo republicano de Pilares estaba en la misma embocadura de la calle del Carpio, adosado al caserón de los Jilgueros, dos hermanos ricos, don Blas y don Fermín Jilguero, canónigos los dos, que habían edificado aquella fábrica, alarde y amenaza a la vez, frente por frente del mismo palacio episcopal.
Sí; lo que es por quejarte no quedará... Doña Bárbara entró diciendo con autoridad: «A la cama, niño, a la cama. Ya es de noche y te enfriarás en ese sillón». Bueno, mamá; a la cama me voy. Si yo no chisto, si no hago más que obedecer a mis tiranas... Si soy una malva. Blas, Blas..., ¿pero dónde se mete este condenado hombre? María Santísima, lo que bregaron para acostarle.
En esto entró Blas, el criado de Juan con la mesita, ya puesta, en que había de almorzar el enfermo. Poco después apareció Jacinta trayendo platos. Después de saludarla, Aparisi le dijo: «Guillermina me ha dado un recado para usted... Hoy no hay odisea filantrópica a la parroquia de la chinche, porque anda en busca de ladrillo portero para cimientos.
Desde el día de San José que quitaron la sopa en el Sagrado Corazón, no había ya remedio para él; en parte alguna encontraba amparo; el cielo no le quería, ni la tierra tampoco. Con ochenta y dos años cumplidos el 3 de Febrero, San Blas bendito, un día después de la Candelaria, ¿para qué quería vivir más ni qué se le había perdido por acá?
En la galera corsaria dejó a Juan de Cartagena y a Fray Blas con diez hombres más de su fuerza y con veinte galeotes, ya libres y armados, y se precipitó en la nueva Argo con todos los demás que le seguían y que eran más de sesenta.
Esta confesión de Mosheim en favor de los jesuítas los honra mucho, porque es uno de sus más declarados enemigos, y porque sin nombrarlas censura de parcialidad y de más ó menos inconsciente falsía las encomiadas Provinciales de Blas Pascal, obra que, según muchos afirman, ha hecho más daño á los jesuítas que la indignación de los soberanos y que todas las calamidades que han caído después sobre su Orden.
Palabra del Dia
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