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Actualizado: 5 de julio de 2025


Parece que el señor Blair era de un carácter algo excéntrico, como muchos hombres que repentinamente surgen y se elevan en el mundo, y es posible lo haya ocultado en algún punto seguro. Para , esto me parece que es lo más probable, especialmente cuando él había expresado el temor de que sus enemigos trataran de apoderarse de él.

Luego, después de haberme encaminado, tomó mi mano entre sus grandes palmas ásperas y encallecidas, debido al duro trabajo en su pedazo de jardín, y me dijo: Confíe en , que yo haré todo lo que me sea posible. Yo conocía al pobre Blair; , lo conocía mejor que usted, señor Greenwood.

Para ha sido siempre un enigma. Y para también. Creo que se ocupaba en buscar la clave del secreto que llevaba consigo, el secreto que le ha legado a usted, según me ha dicho. ¿No le recordó a usted nada más? inquirí, recordando que este hombre debía haber sido amigo antiguo de Blair, por las observaciones que había hecho sobre Mabel, cuando era niña. Nada más.

Sin contestarme, colocó sobre la mesa una pequeña y lisa cigarrera de plata, que en un ángulo de la tapa tenía las iniciales B. B., monograma que se veía grabado en toda la vajilla de Blair, en sus carruajes, arneses y demás objetos propios. Vea lo que hay dentro de ella exclamó, señalándome la caja que tenía por delante, y sonriendo dulcemente con profunda satisfacción.

Usted, en Londres, hará todo lo que sea posible para descubrir si Blair fue víctima de una infamia y quiénes fueron los autores de ella, mientras yo, aquí en Italia, trataré de saber si ha existido, fuera del robo del secreto, algún otro móvil. Pero si la bolsita de gamuza hubiera sido robada, ¿no cree usted que Blair la habría extrañado?

Por espacio de casi trescientos años había estado en poder de sus primitivos dueños, los Baddesley, hasta que Blair la había comprado, incluyendo el mobiliario, las pinturas, armaduras, y, en fin, todo lo que en ella había.

De ambos hablar a nuestro mutuo amigo, Burton Blair, hoy, por desgracia, fallecido exclamó; y lentamente se sentó en la gran silla de brazos de mi abuelo, mientras yo quedeme de pie sobre el tapiz de la chimenea, dando la espalda al fuego para poder verlo mejor.

Será una cosa difícil, no hay duda, pero tengo confianza de que al fin triunfaremos, y que usted recuperará el secreto perdido. Pero ¿no podrán utilizarlo mientras tanto los enemigos de Blair? interrogué. ¡Ah! eso no podremos impedirlo, por cierto contestó fray Antonio. Nosotros debemos preocuparnos del porvenir, y dejar que el presente se cuide solo.

El gaucho no conoce ni siquiera los elementos de su propio idioma, y sería una impropiedad cuando menos, y una falta de verdad muy censurable, que quien no ha abierto jamás un libro, siga las reglas de arte de Blair, Hermosilla ó la Academia. El gaucho no aprende á cantar. Su único maestro es la espléndida naturaleza que en variados y majestuosos panoramas se extiende delante de sus ojos.

Me interesa conocer la casa que anduvo Blair buscando por toda Inglaterra y por cuyo motivo, vagó meses y años hasta descubrirla. Esta fotografía debió venir a su poder añadió entregándomela, sin ningún nombre o indicio de su ubicación.

Palabra del Dia

buque

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