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Actualizado: 16 de octubre de 2025


Este mayordomo, nada conforme con que la marquesa tratara directamente conmigo negocios que antes arreglaba él a su gusto con usureros, para estafarla entre todos, fingiendo llorarme lástimas de ella como para interesarme más, pero con bien contrarias intenciones, me fue imponiendo minuciosamente de los percances más gordos de su azarosa vida.

Calló un instante, como si las tristezas de su vida anterior le impusieran silencio. Pero vió tal curiosidad en las pupilas del coloso, que al fin siguió hablando. Yo vivía oculto: mi existencia era azarosa; de un momento á otro iba á caer en manos de los enemigos implacables de mi familia, y en tal situación llegó usted á este país.

Primero por aquella que meció tantas veces tu cuna blanca y bella, por la que, en el cielo, fué á buscarte hasta él; y te puso en el mundo, y madre cariñosa, por haciendo dos partes de la vida azarosa, tomó siempre el acíbar y te dejó la miel. Ruega por en seguida. A me hace más falta.

Soldado y marino a la vez, la sarna, las bubas, las enfermedades vergonzosas que se toman en los puertos, las heridas de pica, de espada, de saeta, las porradas y quemaduras de los asaltos, fueron las especias en que se guisó de continuo su azarosa ventura. Había estado dos veces a punto de morir en la horca. El año 1560 cayó prisionero del turco, en los Gelves.

Comienza don Pablos su nueva azarosa vida; pero su mala ventura quiso que un alguacil prendiese a la vieja que gobernaba y encubría a los estafadores, descubriéndose por ella toda la maraña, y dando con todos en la cárcel. Logra salir de la prisión don Pablos, merced a su ingenio y al dinero que da a los carceleros.

Su conducta durante la vida azarosa de marchas y campamentos contribuyó á aumentar su fama. Guadalupe tenía mal carácter. Muchas veces, al rozarse su automóvil con el de alguna generala igualmente cargado de colchones, sacos de ropa sucia, cuadrúpedos, aves y numerosos chiquillos , empezaban á insultarse ambas damas por si la una pretendía cortar el paso á la otra.

Por primera vez se sentaban en la mesa juntos en familiar intimidad, sin otro testigo que Beppa, la fiel doncella, acostumbrada por la azarosa vida de su señora a toda clase de sorpresas, y que contemplaba a Rafael con respetuosa sonrisa, como un ídolo nuevo con el que debía compartir la devota sumisión que sentía por Leonora.

Quizá sepa también por la fama, y si no lo sabrá ahora, que esta casualidad no era la única prenda que los adornaba como marinos; realzábanlos más y más su rara inteligencia en la profesión azarosa, y un corazón generoso que siempre los tenía dispuestos á sacrificar su vida por la del último grumete de á bordo.

Esta vida azarosa, de continuo peligro e interminable lucha, había creado una población habituada al derramamiento de sangre, a defender sus derechos con las armas en la mano. Los labradores y pescadores del presente, encerrados en su isla, tenían aún la misma mentalidad y costumbres de sus abuelos. Los pueblos no existían.

Todos dejaron escrito en la historia de su casa algún rasgo notable de tan azarosa, pero gloriosa vida. Ni Carlos III hubiese podido ajustar el patriótico Pacto de familia, ni las fiestas reales de tiempo de Carlos IV hubieran tenido tanto lustre, a no mediar en las negociaciones y toreos un Tumbaga.

Palabra del Dia

aprietes

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