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Actualizado: 13 de junio de 2025


Era lo mismo que su hermano Fermín: debía considerarle como de la familia. Temía comprometerse con alguna audacia en aquella casa, que era la de su severo primo. ¿Qué diría Pablo, que por respeto a su padre consideraba al capataz y los suyos como una prolongación humilde de su propia familia?

En los postes nuevos, obscuros y torcidos, había dos simples alambres de púa, gruesos, tal vez, pero únicamente dos. No obstante su mezquina audacia, la vida constante en chacras había dado a los caballos cierta experiencia en cercados. Observaron atentamente aquello, especialmente los postes. Son de madera de ley observó el malacara. , cernes quemados.

No estaba triste ni siquiera preocupado ni aun en los momentos en que, según confesión propia, su imperturbable confianza había sufrido un poco. El despecho no se manifestaba en él más que por una especie de irritabilidad más aguda, y no hacía más, por decir así, que añadir un resorte de temple más seco a su audacia.

El joven le guiaría en su excursión, como el cornac que va sentado en la testa del elefante. Siguiendo sus indicaciones, se metió entre las dos torres y las casas para seguir una amplia avenida. Durante varias horas Gillespie visitó la capital, admirando la audacia constructiva de aquellos pigmeos.

Padre mío dijo con acento de inflexible audacia. Necesito estar sola un momento con el señor de Bray. El señor D'Orsel se levantó sin vacilar, besó fraternalmente a su hija y salió. ¿Usted partirá mañana? me dijo, permaneciendo de pie como yo estaba también. le contesté. ¡Y no volveremos a vernos más! Nada repliqué. Jamás continuó, ¿lo entiende usted? jamás.

Yo creo que si seguimos hablando mucho tiempo acabaréis por confesar que dudáis de Dios. Creo en Dios y en mi padre. Se conoce dijo la duquesa no pudiendo ya disimular su impaciencia que os galanteaba con una audacia infinita, antes de que os casárais, don Francisco de Quevedo. Coloreáronse fugitivamente las mejillas de la joven. ¿Y en qué se conoce eso? En que os habéis hecho... muy sentenciosa.

Hice la historia: revelé detalles atroces: todos los políticos y los periodistas se quedaron estupefactos. Estos políticos y estos periodistas he de advertirte que son una gente muy inocente: con un adarme de ingenio y otro de audacia se les asombra a todos. Por eso no es extraño que ante mi artículo abrieran espantados los ojos.

En primer lugar, caballero, yo no os conozco; en segundo lugar, no comprendo cómo acompañáis á mi parienta doña Catalina. Sentémonos dijo Quevedo con gran calma. Doña Catalina se sentó más turbada que nunca, y la abadesa extraordinariamente admirada, dominada por la sangre fría y la audacia de Quevedo.

Sonaron cerca de ellos los gritos de las máscaras. El alegre grupo volvía de la cañada perseguido por los mozos. La audacia que había hecho hablar a la joven con la careta puesta la abandonó de pronto. Desvaneciose su atrevimiento, producto de unos sorbos de vino y del amparo del antifaz.

No hay género más difícil que el de costumbres, ni otro ninguno tampoco a que con más audacia se lleguen todos los aventureros y escaramuzadores de la república de las letras. Aun en los críticos reina extraña confusión sobre la índole y límites de este modo de escribir, relativamente moderno.

Palabra del Dia

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