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Actualizado: 2 de noviembre de 2025


El arte de Rubens era, en lo que se refiere a la disposición de los asuntos grandiosamente teatral y en el más alto grado decorativo; en el dibujo antes atrevido que fiel, y en las galas del color magnífico y pomposo sobre toda ponderación.

Porque se veía obligado a estarlo contestó Hales, con un movimiento misterioso de cabeza. Existían razones para que él no asomase a la luz su rostro. Yo mismo me quedo asombrado de ver cómo se ha atrevido ahora a mostrarse. ¡Qué! grité ansiosamente, ¿acaso lo necesita la policía?

El miedo al Mosco le hizo ser atrevido y arrostrar el peligro de una vez... ¿Era de veras que Feli le quería? Pues a seguirle, a vivir juntos, olvidados de todo lo que no fuese su amor. Los dos hablaron sin emoción alguna, con el egoísmo de la pasión, de abandonar al padre, de engañar al amigo. Maltrana tenía dos mil reales, un capital, pues jamás había visto tanto dinero.

Al día siguiente 60 fue a su padre y le dijo: Señor padre, tal vez me he casado con un zapatero porque anoche en sueños ha hablado de sus hormas y de su lesna. El rey llamó a su presencia a Don Juan Bolondrón Matasiete y le preguntó: 65 ¿Hombre, eres zapatero y te has atrevido a casarte con mi hija? Señor, dijo Don Juan, la señora princesa no comprendió bien lo que yo decía.

Y en vez de descansar, volvía a hervir con un fuego mayor, se hinchaba con un burbujeo loco, absurdo, el más extraordinario, atrevido e insolente que consigna la Historia.

Corrió por una, dos, tres, diez calles, hasta que creyéndose bastante lejos, descansó, poniendo sobre sus rodillas el precioso objeto de su insensato amor. Vino la noche, y Pacorrito vió con placer las dulces sombras que envolvían el atrevido rapto, protegiendo sus honestos amores.

Miró con ternura una larga túnica negra, de corte severo, que no dejaba visible ni una línea de su blanco cuerpo. Pero á continuación pensó que, por ser hombres todos los visitantes, no convenía recibirlos con tanta austeridad. Acababa de escoger uno de sus trajea mixtos, muy atrevido por un extremo y muy discreto por el otro, cuando llegó á sus oídos una verdadera tempestad de gritos y llantos.

Don Quintín no pudo reprimir el atrevido pensamiento, y repuso: Monina, ¿me quieres a de huésped? No, porque vivo solita; un señor mayor, ; pero hombres de buena edad, así como usted... ¡nones! ¡De buena edad! ¿Qué cosa podía lisonjearle más? Una mujer joven y bonita le consideraba peligroso.

Muy bien hecho; ¿y qué obligación tenías de quererme? Bastante hacías ya, con no avergonzarte de oir mis palabras. Yo soy quien te pido perdón, por haber sido atrevido contigo, y por haber estorbado quizás en aquel tiempo que tu quisieras al que te dictaba tu corazón. Cuando yo considero esto, me da mucha pena.

A Don Francisco de Rojas le silbaron la comedia de Cada cual lo que le toca, por haberse atrevido á poner en ella un caballero que, casándose, halló violada de otro amor á su esposa, y D. Pedro Calderón deseó mucho recoger la comedia de Un castigo en tres venganzas, que escribió siendo muy mozo, porque un galán daba una bofetada á su padre; y con ser caso verdadero en Aragón y averiguar

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vengado

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