Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de mayo de 2025
El padre Ambrosio había sido atacado de una congestión cerebral, y el médico que le asistía lo participaba a Amparo. Entonces comprendí por qué Amparo había salido de casa con tal precipitación. Yo salí del mismo modo, y recorrí en algunos minutos la distancia que separaba mi casa de la del exclaustrado.
Volaba mi pensamiento a través de las sombras en busca de la humilde casa cural; me imaginaba yo que estaba allí, en la modesta salita, cerca del sacerdote, y al lado de Angelina. Asistía yo a la partida de ajedrez, y a la sesión de lectura. El anciano en su sillón; Angelina a un lado, cerca de la mesa, a la luz de una lámpara, con un libro en las manos.
Cuando el Rey no asistía se trocaba el orden, y entonces podía sentarse en el piso tercero de las casas que arriman a la Panadería, cerca de los caballerizos de S. M., de algunos oficiales mayores de Estado, los médicos de Cámara y el teniente de acemilero mayor .
Además, el cuarto almacén tenía la entrada por un patio, que era de los estanqueros, y éstos cuidaban de que sólo entrasen allí los dependientes del editor, con lo cual él, seguro de robos, pagaba la custodia con billetes de favor para los teatros, a que de ese modo asistía Cristeta gratis y a menudo.
Al fin, una noche que asistía á un enfermo, supo que el Reverendo Sr. Dimmesdale, á quien habían ido á buscar para que le ayudase á bien morir, había partido á visitar al apóstol Eliot, allá en su residencia entre sus indios convertidos, y que regresaría probablemente el día siguiente al mediodía.
Mientras tanto, Germana, bella y sonriente como la mañana, despertaba a su madre y a su marido, asistía al tocado de su hijo y bajaba al jardín para respirar el aire embalsamado del otoño. Los señores Le Bris y Stevens no tardaron en unirse a ellos. Todos contemplaban al pequeño Gómez que paseaba un galápago por el jardín. El único que faltaba era el duque.
Asistía ocho días seguidos a cualquiera de estas sociedades: de repente se cansaba y tardaba en venir un mes. Miguel Rivera solía compararlo a Milord, un famoso perro que asistía con su amo al café del Siglo. Mientras le daban terrones de azúcar se mostraba muy solícito y cariñoso. En cuanto observaba que los platillos quedaban vacíos, se alejaba de la mesa afectando no conocerles siquiera.
Como no quería comprar ciencia, no se matriculaba, y asistía por libre a las clases de diversas Facultades. De aquí que le apodasen el Estudiantón.
Repetía los juegos por la terraza; veía a las chicas todas, enormemente desfiguradas, y a Cándida como una gran pastora negra que guardaba el rebaño; asistía nuevamente a la ceremonia de la comida de los pobres, asomada por un hueco de la claraboya, y las figuras del techo se animaban, sacando fuera sus manazas para asustar a los curiosos... Después oyó tocar la marcha real. ¿Era que la Reina subía a la terraza?
El público asistía sonriente, con mirada socarrona a aquel ojeo, que ya se había repetido porción de veces sin resultado. La única que logró tener novio durante tres o cuatro años fue Jovita. Por eso fue también la que se despeñó de más alto. El galán era un estudiante forastero que la festejó mientras seguía los últimos cursos de la carrera.
Palabra del Dia
Otros Mirando