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Actualizado: 30 de junio de 2025
Y al presentarse en la casa azul tenía que fingir que llegaba por un acto libre de su voluntad, sin miedo alguno. Así, sin que lo supiera su madre, siguió viendo a aquella mujer hasta la víspera de su salida para Madrid. Al llegar Rafael a este punto de sus recuerdos, preguntábase qué esperanza le movía a desobedecer a su madre, arrostrando su temible indignación.
Si alguna otra mirada que la de Dios hubiera podido llegar a aquel desierto, cruzando la tempestad que lo azotaba, habría descubierto una cuadrilla de hombres que caminaba en dirección paralela al mar, arrostrando los furores del temporal, envueltos en sus capas, en actitud recogida y silenciosa, los cuerpos inclinados hacia adelante y las cabezas bajas.
En las viñas, el cuidado de las cepas se hacía por los capataces y los braceros más allegados al dueño, arrostrando la indignación de los huelguistas, que les tachaban de traidores, amenazándolos con venganzas colectivas. La gente rica, a pesar de sus arrogancias, revelaba cierto miedo.
El investigador que no se acuerda de la religion, y que tal vez busca medios para combatirla, la encuentra en la entrada y en la salida de los caminos misteriosos, junto á la cuna del niño, como al umbral de los sepulcros, en el tiempo como en la eternidad, explicándolo todo con una palabra, arrostrando impasible los despropósitos de la ignorancia y los sarcasmos del incrédulo, y esperando tranquila que el curso de los siglos venga á dar la razon, al que para tenerla no necesitaba que los siglos comenzaran á correr.
Popito, á pesar de sus tristes preocupaciones, contestó con una pálida sonrisa. Ella estaba dispuesta á seguir al gigante, arrostrando los mayores peligros, para salvar á Ra-Ra. Debía tratarla como á un camarada, sin miramiento alguno. Instálese usted ahí como pueda. Y al decir esto, el gigante levantó su mano derecha, colocándola al nivel de la cúspide de su cráneo.
¿Qué razón se opondría al regreso de Pérez, influyendo en el nuevo Rey D. Francisco Gómez de Sandoval, Marqués de Denia, amigo de la juventud, que le había visitado en la prisión arrostrando la cólera del Soberano? . Bien se podía saber que salió de España huyendo del enojo de su Príncipe, sin haber cometido delito de felonía ni hecho cosa contra la corona ; bien se podía juzgar que si había servido con algún consejo ó advertimiento á reyes extraños, era obligado de las circunstancias: ¿no es de ley natural servir al que da amparo? .»
Para entonces es para cuando conviene tener nuestra energía como contenida y represada y hacer brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces más poderosos de lo que son, sin desesperar del triunfo, ó sin hacerle pagar muy caro al menos.
Te amo, Sagrario continuó Gabriel . Desde que te vi volver a casa, arrostrando con el valor resignado de la víctima la odiosa curiosidad de las gentes, me interesé por ti. He pasado semanas y meses junto a tu máquina viendo cómo trabajabas. Te estudiaba: leía en ti.
Lo que es Miguel el Negro... continuó la muchacha arrostrando la indignación de su madre; pero en aquel momento se oyeron unos pesados pasos y una voz brusca preguntó, con acento amenazador: ¿Quién habla del duque Miguel con tan poco respeto y en sus propias tierras? La muchacha dio un ligero grito, entre atemorizada y risueña. ¿No me acusarás a tu amo, Juan? preguntó.
La impaciencia de doña Cristina por reunirse con su marido y devolverle las comodidades de una casa bien gobernada arrancó á Ulises de esta vida de la costa. Durante varios años no vió otro mar que el del golfo valenciano. Y el Tritón menudeó los viajes á Valencia, arrostrando todos los inconvenientes y peligros de estas aventuras terrestres, á impulsos de su desorientada paternidad de célibe.
Palabra del Dia
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