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Actualizado: 5 de mayo de 2025


Suele ser muy comun á los que tienen la imaginacion profunda, andar pensativos, y no reparar en las cosas triviales, mayormente si ocupan el juicio en cosas de importancia. Ariston va por la calle tan profundo, que no repara en los que encuentra, ni saluda á sus amigos, ni se entretiene con la hermosura de los balcones y ventanas.

Mas ya Ariston exâminando las partes del arbol, su forma externa, su figura, y todas las demas cosas necesarias, combinándolas con otras de que tiene ciencia y experiencia cierta, asiente á que el arbol grande es almendro.

Ariston tiene presentes los mismos objetos; pero como por la rectitud del juicio no le admiran, y por la profundidad de la imaginacion tiene presentes dentro de otros objetos tal vez mas dignos de su aplicacion, ó á lo menos mas profundamente arraigados, por eso piensa mas en estos, y apenas se ocupa de aquellos.

No hay que dudar, que quando Ariston averiguaba qué arbol era el que veía, tendria dentro de varios pensamientos con que le compararia hasta encontrar con aquel que tenia entera conveniencia con el que buscaba, y así interiormente diría: Este arbol parece sauce, y afirmaba en el primer modo en quanto juntaba la nocion de sauce con la de aquel arbol; mas no en el segundo, porque no hallando entre el arbol presente, y el sauce la semejanza necesaria que debia corresponder á su experiencia, no asentia á que lo fuese.

No solamente se preocupan muchos de algun Autor, sino tambien de la autoridad de ciertas personas. Cree Fabio anticipadamente, que Ariston es un hombre consumado en todas Ciencias, y prescindo ahora si lo cree con justicia, ó erradamente. Trátese despues qualquiera materia, y Fabio no dice mas, sino que ha oido decir á Ariston, que la cosa era de esta manera, y no de otra.

No obstante á Ariston le gusta este su Adonis, porque le hincha los sentidos, y le alhaga con algun deleyte superficial. Los que se contentan con las apariencias sensibles, celebran mucho algunos poemas, que ni tienen substancia, ni tienen solidez, ni contienen mas que pensamientos superficiales, y en fin que son mas frios que el mismo yelo.

El exemplo que en las Escuelas llaman paridad, es un raciocinio con que descubrimos una cosa por la similitud de otra: Una piedra, un bronce, con el continuo ludir se amolda y se suaviza: luego un muchacho, por duro y áspero que sea, con la educacion y la cultura se amansa y endulza. Este modo de raciocinar es muy expuesto al error, porque con dificultad se encontrarán dos cosas tan del todo semejantes que no se diferencien en algo; por eso en rigor lógico esta suerte de prueba debe exâminarse mucho, porque engaña con las apariencias con que dos cosas se semejan, siendo en lo interior distintísimas. Toda la prueba, y convencimiento de las historias se funda en el exemplo, pudiendo en nuestros tiempos suceder lo que en los pasados. Así que para usar de este raciocinio con acierto conviene comparar las cosas, mirar en qué se parecen, y en qué disienten, ver los efectos que resultaron, y se pueden esperar de aquello en que se conforman, y no omitir circunstancia ninguna de las que pueden hacer del todo semejantes, ó solo en algo parecidos los casos. Por faltar este exámen Lógico á los Casuistas, que no usan por lo comun de otra prueba que del exemplo, cometen tantas faltas en la enseñanza de la Moral. Lo mismo sucede á los Políticos, puesto que no hay dos casos del todo semejantes en los sucesos humanos. Lo que conviene, así en la Moral, como en la Política, es instruirse bien en las máxîmas fundamentales de estas Ciencias, y procurar aplicarlas con acierto á los casos particulares, y los exemplos mirarlos como hechos que ayudan á hacer con firmeza semejante aplicacion. Todavía debe aclararse mas este importante asunto. Todos los entes tienen predicados comunes y singulares. En los comunes se parecen, y se diferencian en los otros. Quando en lo físico exâminamos las cosas, y vemos en ellas los atributos comunes, las colocamos baxo una clase; y este conocimiento, si se hace con exâctitud, nos asegura del sér y propiedades de los entes, y sirve la inteligencia de unos para los demas que gozan iguales atributos. La singularidad que hay en cada cosa no es transcendental á otras, y por eso de los meramente singulares no puede haber ciencia, sino solo observacion, esto es, conocimiento que dimana de determinada aplicacion de los sentidos. Así que para que la Física y la Historia sean útiles, y dén reglas seguras, es menester en su estudio ver atentamente las cosas, notar los atributos comunes y propios de cada una, exâminar el origen, progresos y términos que tienen, advertir sus operaciones, sus resultas, sus movimientos, &c. Y quando dos cosas, aunque en mismas singulares, se convienen en todo lo que hemos propuesto, se podrá juzgar de una por la similitud de la otra, y se podrá decir que se gobierna entonces el entendimiento por un conocimiento seguro. Por faltar en los que se llaman Físicos experimentales muchas de estas advertencias, se quejaba el P. Mallebranche del poco mérito de los que suelen hacer, como dicen ellos, experiencias[a]. Quando el hombre averigua así las cosas se vale de las inducciones para colocarlas en las clases generales, y así se dan la mano las nociones del entendimiento, y se ayudan mutuamente quando se gobiernan con buen orden. Haré esto mas patente con exemplos. En lo físico se observa, que un arbol echa su flor con la venida del Sol, y se le caen las hojas con la ausencia: esto mismo se en los demas constantemente, y de estos exemplos por induccion se concluye, que el Sol influye en la generacion y corrupcion de los árboles. Se , no una vez sola, sino innumerables, que la Luna y los demas Planetas, ademas de nacer, y ponerse todos los dias, caminan por de Poniente á Levante, guardando cada uno ciertas reglas: y de la repeticion de veces que esto se observa, como que cada vez que se es un exemplo, se concluye que los Planetas exercitan dos movimientos, uno comun de Levante á Poniente, y otro propio de Poniente á Levante. Así decia bien MANILIO, que el exemplo mostró el camino á los hombres para formar las reglas fixas de la Astronomía[b]. En lo Moral se que TICIO tiene inclinacion á la superioridad, tambien la tienen ARISTON, y EUDOX

Crisias lo mira todo, de todo se divierte, ni en una mosca que vaya volando dexa de reparar. De estos dos Ariston tiene la imaginacion profunda, Crisias pequeña.

Vanísimo es el juicio que hace Ariston de su Adonis, y es porque no tiene Lógica, ni trabaja en exercitar la razon; porque eso mismo que tanto alaba, hace intolerable á los sabios la conversacion de su Adonis.

Son pues, como lo hemos explicado, libres el asenso y disenso, que pertenecen al juicio; y como este asunto sea importantísimo, será bien declararse con algunos exemplos. Preséntase Ariston delante de un arbol ó de un jardin, y si tiene los ojos sanos y bien dispuestos, no puede dexar de ver aquellos objetos.

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