Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 12 de mayo de 2025


Le parecía que el coche no iba bastante aprisa, que los árboles de las laderas del camino eran siempre los mismos, que huía a lo lejos el horizonte prolongando la separación..., hasta que al volver un recodo próximo a la aldea, descubrió dos niños vestidos con relativo esmero.

A pesar del ambiente húmedo, un moscardón de zumbido pegajoso cruzó varias veces sobre los dos visitantes. Balas dijo lacónicamente el oficial. Desnoyers había hundido un poco su cabeza entre los hombros. Conocía perfectamente este ruido de insecto. El senador marchó más aprisa: ya no sentía cansancio.

No, señor; no habléis en eso, Que vuestra será la culpa: Yo la mujer que tengo. ¿A dónde vais? A la puerta. ¡Qué ciego venís, qué ciego! Por aquí habéis de salir. ¿Conoceisme? Yo os prometo Que á no conocer quién sois, Que bajáredes más presto; Mas tomad este arcabuz Ahora, porque os advierto Que hay en el monte ladrones Y que podrán ofenderos Si, como yo, no os conocen; Bajad aprisa.

Es la buena sombra de la familia. Mi tío cuenta que, siendo monaguillo, tenía la certeza de llegar a cardenal; y ha llegado. Yo ascenderé muy aprisa. Además, ya sabe usted que un arzobispo de Toledo no es cualquier cosa, y que el tío tiene relaciones en palacio y manda en el Ministerio de la Guerra lo mismo que si fuese un general. ¡Como que es más militar que cura!

Halleme, pues, desprevenida e indefensa en aquel inesperado trance de prueba; perdí mi poca serenidad, y pareciéndome que el castillo no se desmoronaba tan aprisa como lo querían mis desatinadas impaciencias, yo misma puse mis manos en él, y me atreví a arrancar sus sillares, uno a uno, hasta dejarle arrasado. El trabajo fue rudo, pero la conquista más señalada.

Aunque andaba muy aprisa, tardaba mucho tiempo en llegar al altar, porque la capilla, que era tan chica, se había vuelto muy grande.

Dió una última mirada a la casa, y marchó más aprisa; atravesó la plaza de la Victoria, y desviando sus ojos de la Bolsa, bajó la barranca que lleva a la estación y entró en los descuidados jardines del paseo de Julio; en un banco apartado descansó un rato, dando vueltas en sus manos al junco, y en su cabeza a la idea de suicidio, que le dominaba.

Estaba éste en mangas de camisa, terminando sus operaciones de tocador, y al oír que llamaban, enjugose aprisa manos y rostro, se echó por los hombros la americana y fue a abrir. Don Ignacio... buenos días. ¿Estorbo? No por cierto. Entre usted, si gusta. ¿Está usted vestido ya? O poco menos. ¿Sabe usted que no vino el señor de Miranda? Ya me lo han advertido.

En el jardín. Está muy triste el señor cura, a causa de la venta de... , ya , ya ... Al verte se alegrará un poco. ¡Se pone tan contento cuando vienes! Cuidado... mira que Loulou se va a comer los rosales... ¡Qué calor tiene Loulou! Di toda la vuelta al bosque tan aprisa... Juan tomó a Loulou que se dirigía a los rosales, la desensilló, la ató y le alcanzó un gran montón de pasto seco.

Caminando aprisa, Delaberge encontraba mayor frescor en la verdura de los prados, un sabor mucho más dulce en el aire que respiraba. Los argentinos sones de las campanas del pueblo, volando por encima de los bosques, le mecían alegremente, mientras iba saboreando con fruición los recuerdos de su anterior visita.

Palabra del Dia

hociquea

Otros Mirando