Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


La fuente tenía una orla de rodajas de huevo cocido, y sobre la capa amarillenta que cubría el apetitoso animal, tres filas de aceitunas y alcaparras marcaban el contorno del lomo y la espina. Don Juan miraba, con la pala de plata en la mano. ¡Vive Dios, que le remordía la conciencia destrozar aquella obra de arte!

Nada digo de la concurrencia, porque ya se sabe que era lo más selecto de la población. Pues bien, todo ello junto no nos costaba al día siguiente más de tres pesetas á cada socio. ¡Con tan liviano presupuesto se procuraba á la florida juventud santanderina el más apetitoso deleite de cuantos ofrecérsele podían!

Así, pues, por afuera sólo expone remos auxiliares, cortas nadaderas que poco arriesgan, las cuales, consistentes, punzantes y viscosas, hieren, eluden, se escapan. ¡Cuán superior es esto al pulpo ó á la medusa, que ofrecen á todo el mundo blandos tentáculos de carne, apetitoso bocado para el hambre devoradora de los crustáceos y de los marsuinos!

Para Raimundo, esa inclinación tímida y anhelante del adolescente llena de zozobras y melancolías, se fundió con el amor de la edad viril, apetitoso y sensual. ¿Qué extraño, pues, que absorbiera toda la energía de su ser, toda su inteligencia y todos sus sentidos? Desde aquella noche memorable no volvió a pensar más que en Clementina.

Es verdad, Capitán contestó el piloto. Ayudado por el chino, hizo un montón de ramas secas y encendió un alegre fuego. Cuando estuvo casi hecho brasas, decapitó una de las tortugas de una cuchillada, y sin extraer la carne de la concha la puso al fuego. Bien pronto se esparció por la selva un olor apetitoso. La tortuga se cocinaba en su concha asándose en su propia grasa.

Pero ¿ha visto usted en su vida dirigiéndose a un hombre más simple y más retontísimo? No crea usted que es broma. Todo eso se lo cree. ¡Y mire usted que el bocado es apetitoso! Un señor que ya no puede con la fe del bautismo en papeles. ¡Repare usted qué patas...! ¡Qué pies! Con dos juanetes que parecen dos flanes. Bueno; insulte usted cuanto quiera.

Un apetitoso olor de guisado salía de la cocina abierta, donde una genovesa cerril movía espátulas y zarandeaba cacerolas, envuelta en el humo espeso del asado, que chirriaba sobre las parrillas; en las habitaciones altas, las del niño, se oía el chasquido del cepillo. ¡Pampa! chilló allá arriba una voz atiplada.

No lejos de donde estaba Ido había un rescoldo dentro de enorme braserón, y encima una parrilla casi tan grande como la reja de una ventana. Allí se asaban las chuletas de ternera, que con la chamusquina en tan viva lumbre, despedían un olor apetitoso. «Chuletas» dijo D. José, y a punto vio entrar a un amigo, el cual le había visto a él y por eso sin duda entraba.

Cuando terminaron de modelar varias capas delgadas de pasta, Marta las fue colocando unas encima de otras en una tartera de cobre, formando el lecho de la empanada. Después una de las criadas le trajo el jamón, convenientemente aderezado y cortado en rajas. El pringue sazonado de especias exhalaba un olor irritante y apetitoso que hacía la boca agua.

Como nadie alcanzaba a hacer competencia a la acreditada mazamorrería de mama Salomé, otra del gremio levantó la especie de que la terranova era bruja, y que para hacer apetitoso su manjar meneaba la olla, ¡qué asco!, con una canilla de muerto, canilla de judío, por añadidura. ¿Bruja dijiste? ¡A la Inquisición con ella!

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando