Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de mayo de 2025


Lucía ansiaba llegar... pero la angustia de la caída la despertó, como sucede siempre en las pesadillas. A pocos días de haberse confesado Pilar, expiró. Fue su muerte casi dulce y del todo imprevista, en cuanto careció de agonía. Una flema mayor que las demás cortó su respiración algunos segundos, y apagose la débil luz de la vida en la exhausta lámpara.

Su pensamiento no estaba en el asunto: teníalo agitado, como siempre, por aquella duda fatal que acibaraba aún más que la dolencia corporal sus míseros días. Con la mirada fija y zahorí del que se acerca a la tumba, atravesaba la hermosa frente de Clementina inclinada sobre el libro y deletreaba confusamente allá dentro sin lograr adquirir la certidumbre que ansiaba.

Y los hermosos ojos de la reina se llenaron de lágrimas. Por estas cartas hubiera yo dado mi vida añadió . Y dime, Clara, al saber que yo ansiaba tanto tener esas cartas, ¿no has sospechado de ?

Sentía la necesidad de avistarse con su mujer, de injuriarla, de escupirla, de abofetearla. ¿Por qué hacía unos instantes se había negado a recibirla, y ahora ansiaba de aquel modo tenerla delante? El mayorazgo creía que era porque su odio y su indignación habían crecido. No supo el tiempo que permaneció en aquella postura.

Don Fermín hubiera deseado a su madre a cien leguas. No podía ocultar la impaciencia, a pesar del dominio sobre mismo, que era una de sus mayores fuerzas; ansiaba poder leer la carta, y temía ruborizarse delante de su madre. «¿Ruborizarse, sin motivo, sin saber por qué; pero estaba seguro de que, si abría aquel sobre delante de doña Paula, se pondría como una cereza. Cosas de los nervios.

»Aturdida y disgustada de aquella sociedad, parecíame oír una lengua desconocida, que estaba en un mundo nuevo y extravagante, lejos de mi país, de mis amigos a quienes ansiaba volver a ver; antes de que terminase la comida, las frecuentes libaciones habían acalorado los cerebros de nuestros convidados. »¡Por esta hermosa joven! exclamó uno de ellos apurando un vaso de vino.

Todas las personas más o menos piadosas y amantes de nuestras tradiciones católicas, todo el que detestaba la persecución que la Iglesia padecía y ansiaba el reinado de Jesús en la tierra por mediación de sus ministros, estaba pendiente de tal guerra formidable donde se debatían, no sólo los derechos más o menos respetables de un pretendiente al trono, sino también los más caros y augustos intereses de la religión.

La Caramba, ya quería matarle, ya quería morir ella por amor de él; pero de todos modos ansiaba ser amada. Consultó a una famosa gitana hechicera, que había entonces en Madrid, y esta gitana le vendió el puñalito con puño de oro para que le clavase en el corazón de la efigie, como la Caramba lo hizo. No por eso conquistó ella el vivo y verdadero corazón de D. Jacinto.

Tal era la índole del piadoso instituto que ansiaba dilatar su pequeño reino en este mundo adquiriendo una parte de la propiedad que, lindante con el convento, tenía el padre de Paz Ágreda.

En vano trató de inquirir pormenores de la vida y carácter de aquella oveja descarriada a quien ansiaba traer al redil. Los datos que le suministraron eran contradictorios.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando