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Actualizado: 10 de junio de 2025


La España árabe se iba, como decimos hoy , civilizando: es decir, iba progresando en la via del desarrollo material; íbase puliendo, aumentando su riqueza, sus goces, su esplendor, y perdiendo su primitiva rusticidad, su sobriedad y sencillez de costumbres. Ali Ibn Nafí, por otro nombre Zaryab, era en este tiempo el mas celoso promovedor de la cultura de los árabes andaluces.

No en todas las regiones que formaban antes el inmenso imperio español se halla a mano para desechar el habla de Castilla otra lengua viva aún, o algún dialecto que la reemplace, como sucede en Cataluña y en Galicia. Los andaluces, pongamos por caso, nos veríamos algo apurados si intentásemos descastellanizarnos.

Me limito, y debo limitarme, a tratar de ciertas obras muy recientes, prueba, en mi sentir, de que dicho movimiento no es estéril, sino que en aquel mismo terreno produce sazonados frutos, prescindiendo de los cultivadores andaluces que vienen a Madrid, como los Alvarez Quintero y no pocos otros, a producirlos y exponerlos.

A Dolorcitas la trataba secamente, no por ser su hijastra y no su hija, sino porque consideraba que ése era su papel de hombre de negocios. Aquel solemne y majestuoso idiota creía que, para ser marido y padre a la inglesa, tenía que mostrarse frío con su mujer y su hija. Esa tendencia anglómana que se ha desarrollado en algunos pueblos andaluces, no me resulta.

Ayer, al morir el día, junto a la Puerta Vieja tocaba, con la lengüeta de hierro vibrando entre sus labios, los aires del país monótonos y de dulce tristeza. Pepe, el casero, cantaba cantares andaluces convertidos en vetustenses... y Petra tañía la trompa quejumbrosa, y yo sentía lágrimas dulces dentro del pecho... y la vaga esperanza volvía a iluminar mi espíritu.

La fama del loco duró mucho tiempo en Sevilla, y algunos que tuvieron la curiosidad escribieron varios de sus chistosos sermones, los cuales se conservan en un códice del siglo XVII, según se los escucharon y se imprimió por la Sociedad de Bibliófilos Andaluces.

Por su desenvolvimiento y por su pintura de afectos, ha sido bien acogida esta comedia en los teatros de Italia; pero es imposible conservar fuera de España los rasgos originales de los gitanos andaluces, realzados singularmente por la representación de los naturales de este país.

Los gitanos estaban divididos en tres naciones: gitanos andaluces, gitanos castellanos y gitanos manchegos. Tratábanse con cierta fraternidad, impuesta por la raza y las costumbres, pero cada grupo manteníase fiel a su origen, creyéndose superior a los otros.

Hétele pues capitan; con esta graduacion se embarcó en compañía de su Cunegunda, de la vieja, de dos criados, y de los dos caballos andaluces que habian sido del señor inquisidor general de Portugal. En la travesía discurriéron largamente cerca de la filosofía del pobre Panglós.

La proyectada boda de D. Jaime y de doña Luz, que nada importaba que se supiese, no es de extrañar, pues, que llegara al punto a noticia de todos en Villafría. Aquel caso de amor fulminante y sobre todo aquel tan improvisado consorcio, dieron muchísimo que decir, comentar y murmurar. En los lugares andaluces, nada hay que pasme tanto como una boda repentina.

Palabra del Dia

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