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Actualizado: 6 de junio de 2025


Por este tiempo ocurría en San Juan la desgraciada sublevación del número 1 de los Andes, que había vuelto de Chile a rehacerse. Frustrados en los objetos del motín, Francisco Aldao y Corro emprendieron una retirada desastrosa al norte, a reunirse a Güemes, caudillo de Salta.

Pero las provincias se vengaron, mandándole a Rosas, mucho y demasiado de la barbarie que a ellas les sobraba. Harto caro la han pagado los que decían: «la República Argentina acaba en el Arroyo del Medio». Ahora llega desde los Andes hasta el mar; la barbarie y la violencia bajaron a Buenos Aires más allá del nivel de las provincias.

Lo que él quería conocer era el motivo que la había llevado á Java, la isla paradisíaca y misteriosa. Mi marido era comandante holandés dijo ella . Nos casamos en Amsterdam y le seguí á Asia. Ulises protestó ante esta noticia. ¿No había sido un sabio su esposo?... ¿No la había llevado á los Andes, en busca de bestias prehistóricas?...

Imagináos los Andes cubiertos de un manto verdinegro de vegetación colosal, dejando escapar por debajo de la orla de este vestido doce ríos que corren a distancias iguales en dirección paralela, hasta que empiezan a inclinarse todos hacia un rumbo y forman, reunidos, un canal navegable que se aventura en el corazón de la América.

La gran meseta central ocupa como la mitad de la república y está a una altura de 1,600 a 3,200 pies sobre el nivel del mar. Al norte de esta región se extiende el inmenso valle del Amazonas, desde el Atlántico hasta los Andes peruanos, regado por el río más grande de la tierra, el Amazonas, con un curso de 3,850 millas, y unos 200 afluentes, de los cuales 100 son navegables.

Te lo regalo.... Para lo compré hace mucho tiempo, cuando eras catrín, y por eso no te lo . Ahora te servirá. Te falta una pistola... pero tus tías no quieren que andes armado. Aquí la traigo; escóndela, y mira lo que haces mañana para que no te la vean. La pistola es necesaria... causa respetillo, y a un hombre armado no se le atreve cualquiera.

He pasado seis meses en Bogotá; no si una vez más volveré a remontar el Magdalena y a cruzar los Andes al monótono paso de la mula; ¡pero, si el destino me reserva esa nueva peregrinación, siempre veré con júbilo los puntos de la ruta que conduce a la ciudad querida, cuyo recuerdo está iluminado por la gratitud de mi alma! El Salto de Tequendama. La partida. Los compañeros.

Con la habilidad de las mujeres para sondear al hombre y penetrar en sus secretos, manteniendo cerrados é inabordables los secretos propios, ella fué enterándose de los accidentes y aventuras de la vida de Ulises. En vano éste, por una reciprocidad natural, habló de la isla de Java, de las danzas misteriosas ante Siva, de los viajes por los lagos de los Andes.

Miradle en este templo que alzó la providencia: Sobre el altar se eleva, fijando la creencia Que llena nuestras almas de espíritu inmortal. Chile es el templo inmenso: los Andes sus altares, Sus flores el incienso, sus cedros los pilares, Sus aves la armonía, su cielo el pabellon; Valparaiso el pórtico que sobre el mar se inclina, Y el sol que nos alumbra, la lámpara divina.

Arrellanose el cura en su sillón como hombre que toma súbitamente una gran resolución. Bueno, Reina; te escucho. Más vale que hablemos franca y abiertamente de lo que te preocupa que no que andes quebrándote la cabeza con divagaciones. Yo no me quiebro nada, señor cura, y no divago; únicamente pienso mucho en el amor porque... ¿Por qué? No, nada.

Palabra del Dia

lanterna

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