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Actualizado: 25 de junio de 2025
Y Gallardo respiró al decir esto, como si se librase del peso de un gran miedo. Entraron en la casa de doña Sol. El patio era de estilo árabe, recordando sus arcadas multicolores de fina labor los arcos de herradura de la Alhambra. El chorro de la fuente, en cuyo tazón coleaban peces dorados, cantaba con dulce monotonía en el silencio vespertino.
Finalmente, son asímismo anteriores á la citada obra de Bullant, y de carácter greco-romano ya mas decidido, el palacio de Cárlos V en la Alhambra, edificado por Pedro de Machuca en 1527, la catedral de Granada comenzada por Diego de Siloe en 1529, la capilla de los Reyes nuevos de Toledo trazada por Alonso de Covarrubias, y otros edificios que podriamos añadir á estos.
Otra linea mas formidable en su conjunto, con muchos torreones de trecho en trecho, separaba á la Alhambra y la ciudadela de los parques, el Jeneralife, etc.; y por último, los palacios mismos de las residencias de la Corte estaban separados de la masa que componía la ciudadela, dividida en muchas calles con jardines, donde sin duda habitaban las familias cortesanas y acaso una parte de la guarnicion.
Así lo atestiguan las esculturas y las pinturas que en la Alhambra se conservan. Poesía dramática no tuvieron nunca. Algo de poesía épica ó narrativa puede decirse qué tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera compararse, no digamos ya al antiquísimo poema del Cid, pero ni á las leyendas de santos de Gonzalo de Berceo.
Tuvo una contrata para la Alhambra, donde había hecho ya una temporada. Aquello no era realmente digno de ello... Pero no se presentó á la dirección. Hasta hubo un proceso y Jenny Hawkins fué condenada á pagar. ¿Jenny Hawkins ha cantado en Inglaterra desde hace dos años? No, señor, cantará por primera vez después de ese tiempo en la primavera próxima.
Desde las alturas de la Alhambra yo había vivido cinco días con mi patria, evocando todas las epopeyas de su historia, desde la época de Colon, Balboa y Jiménez de Quesada.
Meses enteros sin querer teatros, ni visitas, ni más que escapadas a la Alhambra y al Generalife; y allí leyendo y papando moscas te pasabas las horas muertas. Resultado: que enfermaste y si no me trasladan a Valladolid, te me mueres. ¿Y en Valladolid?
La Alhambra está llena de los nombres de viajeros ilustres que no han querido pasar adelante sin enlazar con aquellos grandes recuerdos sus grandes nombres; esto, que es lícito en un hombre de mérito, confesado por todos, es risible en un desconocido, y conocemos un sujeto que se ha puesto en ridículo en sociedad por haber estampado en las paredes de la venerable antigüedad de que acabamos de hablar, debajo del letrero puesto por Chateaubriand: «Aquí estuvo también Pedro Fernández, el día tantos de tal año.» Sin embargo, la acción es la misma, por parte del que la hace.
Un dia, al subir al Jeneralife, después que le hubimos obsequiado en una fonda de la Alhambra, las copas de generoso Málaga le desataron la lengua, y nos contó su historia, á invitacion nuestra, con detalles interesantes sobre episodios de la historia moderna de España. Al concluir su relato nos dijo que se había casado con una mujer joven y bonita hacia nueve años, y dejó escapar un suspiro.
Pues bien, sal de dudas. La conocí en Londres, en la Alhambra, donde cantaba y bailaba, sin que se pudiese sospechar que llegaría á ser una estrella. ¿No es italiana? preguntó bruscamente Tragomer. Los ojos de Sorege se abrieron y dijo con voz seca, solo detalle que tradujo un poco su emoción: ¿Por qué ha de ser italiana? ¿Porque canta en italiano?
Palabra del Dia
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