Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de mayo de 2025


Aguarde... Ahora caigo... ¿Estaba usted aquí, como guarda general en la época en que reconstruían la iglesia?... Dispense que no le haya reconocido antes, pero ha pasado desde entonces por esta casa tantísima gente...

Por de pronto le dejé en dudas y no aguardé a más. Pero ¡ay, Leto! cuando salí a la mesa... figúrese usted con qué ánimos saldría y con qué ganas de comer y con qué trazas; pues, por mucho que quise componerme y arreglarme de manera que se borraran las marcas de lo pasado, ¡eran tan hondas!

No me tenga por enemigo, y además le ruego que aguarde un poco para tomar una resolución extrema en el asunto de los deslindes... Mañana, pasado mañana lo más tarde, podré sin duda comunicarle algo que le demostrará la injusticia de sus sospechas... Adiós... Y como si de pronto hubiese temido que le traicionase la emoción, alejóse bruscamente del hijo de Miguelina.

Subimos en silencio, aguardé un instante en la sala, y doña María después de pequeña ausencia apareció trayendo a Inés de la mano, y me dijo: Ahí la tiene usted... Puede usted llevársela, huir de Cádiz... divertirse, , divertirse con ella. Le aseguro a usted que vale poco... Después de la declaración de su madre, yo aseguro que ni la marquesa de Leiva ni yo haremos nada por recobrarla.

La pregunté por señas si salía de paseo, y me contestó que : y en efecto, un día aguardé en la calle hasta las cuatro y la vi salir en compañía de una señora, que debía de ser su mamá, y de dos hermanitos.

Tomó un coche en la Puerta del Sol y dio las señas. Pocos minutos después se bajaba delante del hotel que ocupaba el marqués. Preguntó al portero. El señor y la señora habían salido hacía ya una hora con su primo el marqués del Lago y una señorita. ¿No sabe usted dónde han ido? No, señor..., pero aguarde usted un momento. Tomó la bocina del tubo acústico y llamó.

No, señor... el baúl, donde viene la ropa blanca.... No pude mudarme. Artegui se levantó. ¿Por qué no lo dijo usted antes?, ¡justamente estamos en el pueblo donde se equipan las novias españolas! Vuelvo pronto. Pero.... ¿adónde va usted? A traerla a usted un par de mudas.... Debe usted de estar en un potro con esa ropa. ¡Señor de Artegui, por Dios!, yo abuso de usted; aguarde....

Usted lleva aquí poco tiempo. Aguarde algo más y le tenderán la red de la lección particular. LORENZA. ¿Qué lección...? EL MODELO. ¡Verá usted...! El buen Joaquín es presidente del Jurado en el salón de Artistas. Le aconsejará que acuda a la Exposición; usted irá a trabajar a su casa, a razón de cien francos diarios; mediante lo cual él le retocará el pandero. LORENZA. ¿El pandero...?

Tiene usted razón afirmó Delaberge animándose; la soledad no es buena para nadie, pero es peor todavía para una mujer joven, para un alma expansiva y encantadora como la suya... No aguarde para hacerlo la edad de las vacilaciones y de las añoranzas...

Aguarde usted un poco. ¿No le sabría mejor el tabaco mojando la punta en ron, pongo por caso, o en coñac? Es posible, o en un chapurradito de los dos. No había dado yo en ello, ¡vea usted! ¿Sabe usted si lo hay en casa? Respondo de que vino a ella un buen surtido de esa clase de menesteres. ¡Catana! ¡Catana!... ¡El ron y el coñac... y unas copitas con ello! Visitas

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando